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Acabo de leer "Pregúntale al polvo", notable novela de John Fante
(1909-1983) un escritor norteamericano que fascinó en su momento a Charles
Bukowski, quien lo rescató del olvido. En síntesis es la historia de un joven
entre tierno y delirante que la va de escritor emergente y responde al itálico
nombre de Arturo Baldini. Se cree un genio de la literatura, además, que
mientras sueña con alcanzar la gloria y sostiene diálogos alucinantes con su
agente, que lo mantiene, no consigue amar ni ser amado por una chica mexicana
completamente autodestructiva. Con diálogos encantadores y sabrosos detalles de
época –la California que rodea a Hollywood en los años 20 y 30 del siglo pasado
es radiografiada certeramente por Fante– la novela se lee con intensidad. Desde
ya que no es la gran novela que anuncian los editores, para variar, pero es una
sabrosa historia bien narrada, que sirve como eficaz introducción a un autor y
sobre todo a un tiempo en el que la literatura tenía bastante más sentido que
en la actualidad. (Anagrama).
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También leí un notable libro de cuentos: "En abril, infancias mil", de
Maryse Renaud, una colección de relatos narrados desde la perspectiva de una
niña que descubre el mundo de los mayores, en un contexto inusual y hasta asombroso.
La autora es una catedrática francesa nacida en el Caribe, en la Martinica, que
de adulta ha elegido escribir en Castellano y lo hace con una solvencia y
precisión exquisitas. Los diez cuentos del libro recorren episodios en los que
la esclavitud, el mestizaje y la discriminación racial están presentes, así
como la hostilidad que significa crecer en un universo de familia numerosa y
compleja, y viajes, recuerdos e incomprensiones. El Caribe soñado e idealizado
por la niña, curiosamente, coexiste en algunos cuentos con una Argentina tan
vasta como idealizada (como en "Ojo de lince"). El cruce de voces y
culturas, siempre potente pero a la vez medido, es un ejercicio que Renaud
domina y se constituye en una de las más sólidas virtudes de este libro poco
frecuente. (Corregidor).
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Durante un largo viaje reciente leí otra maravilla del maestro cubano Alejo
Carpentier (1904-1980), a quien vengo releyendo con delectación. Ya comenté
aquí "El reino de este mundo" y ahora recomiendo fervientemente
"Concierto barroco", otra de las cumbres de la literatura latinoamericana
que impactó a todo el mundo hace medio siglo.
En esta novela subyugante el fabuloso
Nuevo Mundo es visto desde la perspectiva del encuentro y a la vez choque de
dos culturas. En torno a la concepción de la ópera "Montezuma" de
Antonio Vivaldi, Carpentier monta nuevamente una novela breve que puede leerse
además como otro tratado sobre la música. Musicólogo él mismo, Carpentier perfeccionó
ese propósito hacia el final de su vida, con sus dos últimas novelas: "La
consagración de la Primavera" (1978) y "El arpa y la sombra"
(1979). Pero a mí lo que me vuelve loco de Carpentier, lo que me rinde de
admiración, es la belleza poética y la transparencia de su prosa, que en mi
opinión es única en nuestra lengua. Éste sí que es uno de los escritores
fundamentales del Siglo XX, y bien que sirve para desmentir tanta charamusca
como nos quieren vender las solapas y contratapas sobradas de ditirambos a la
usanza actual. (Alianza Editorial).
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Decir novela negra –y a esto lo sé desde hace muchos años– es mencionar entre sus
principales autores a James Hadley Chase (1906-1985). Se trata de un escritor
impresionante, un maestro del arte de la intriga y el buen ritmo narrativo.
Nacido en Londres con otro nombre, fue autor de decenas de novelas policiales a
lo largo de casi todo el siglo pasado. Ahora, en viaje a Madrid hace un par de
semanas, tomé de mi biblioteca al azar uno de sus libros. Me dije: "A ver
si se sostiene treinta años después". Y me llevé "Peces sin
escondite", de 1977, y volvió a deleitarme. Lo tengo en la edición de la
clásica colección "El séptimo círculo" que publicaba Emecé cuando la
literatura negra empezaba a abrirse camino. Encantadora aún con pinceladas que
hoy reconocemos misóginas, esta novela asocia al lector con la angustia de un
tipo que está siendo chantajeado por un hurto menor que hizo su mujer, a la que
no ama. A partir de ahí, Chase construye una historia de crimen y misterio
notable, desde la perspectiva de la víctima, materia en la que fue un
precursor. Por cierto, de todo esto hablo (escribo) en mi libro "El género
negro". Pero ahora lo que verdaderamente me dio gusto fue reconocer que
sigo entusiasmándome con esta literatura igual que hace treinta años. (Emecé).
Buenas tardes Mempo:
ResponderEliminarA pesar de que me da la sensación de que no respondés los comentarios, tal vez sí los leas!! Entonces sí quiero contarte que compartí tu entrada acerca de Alejo Carperntier, con una señora cubana que conocí en el avión, en mi primer viaje a Cuba. Hablando de literatura, ella nos contaba a mi hija y a mí, que su escritor preferido, era Alejo Carpentier. Asique ni bien ví tus comentarios, se los corté y los pegué, recomendándole a su vez, la lectura de tus libros y ella esto me respondió:
quote
Carpentier es uno de mis preferidos. Le conoci personalmente el Paris, cuando yo hacia mi doctorado y el era el agregado cultural de Cuba. Un hobre con una cultura de gigantes...descomunal! Ya tomo nota del argentino y lo busco ya porsi hay algo free en internet!
unquote
Asique si hay material tuyo disponible en la red y tenés ganas de avisarme, yo le puedo avisar entonces a esta encantadora cubana
gracias
Marcela Berenguer
marceb43@hotmail.com
Sí leo todo, amiga Marcela. Y por nada me hubiese querido perder este comentario tan sabroso. Gracias y saludos a su amiga cubana!
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