Aviso por los comentarios

AVISO: Es probable que en algunas redes sociales existan cuentas, muros o perfiles a mi nombre. NADA DE ESO ES VERDADERO.

Las únicas 2 (dos) vías de sociabilidad virtual que manejo son este blog y mi página en FB. Ninguna otra cuenta, muro o perfil —en Facebook, Twitter o donde sea— me representa. Por lo tanto, no me hago cargo de lo que ahí puedan decir o escribir personas inescrupulosas.

viernes, 25 de mayo de 2012

Reflexiones en feriado nacional



¿Hacia un nuevo Manual de Zonceras Argentinas?

Miro la mañana grisácea sobre Buenos Aires, veo por la tele la cara de Mauricio Macri cada vez más parecido en todo a George W. Bush, y pienso en nosotros, los argentinos, sometidos a tanto mentidero mediático. Y no sé por qué, me vienen a la mente algunas tonterías que se creen y repiten, dizque "inventos argentinos" que en realidad no lo son. Por caso:

-El mate, que es una infusión habitual de millones de personas en el Sur del Brasil y todo el Paraguay, por lo menos. E incluso en Chile. Además se producen gaseosas de yerbamate en Brasil y en Miami, pero no en Argentina.

-El dulce de leche, que es la caramelización de leche con azúcar, muy común en muchísimos países. También llamado "manjar blanco", "cajeta", "arequipe", "caramelo" y otras designaciones, es muy popular en todo el continente americano, por lo menos desde que los conquistadores españoles trajeron las primeras vacas.
 
-"Tenemos la avenida más larga del mundo y también la más ancha". No es verdad. Hay en muchos países avenidas-caminos igual o más largos que la Rivadavia, y muchísimas más anchas que la 9 de Julio".

-"Tenemos el mejor fútbol del mundo". No es cierto, y ya está escandalosamente probado.

-"Tenemos la mejor carne del mundo". Tampoco es verdad; hay carnes de calidad y gusto superlativo en Estados Unidos, Australia y Colombia, por lo menos, y además hay estudios que aseguran que la carne argentina, proveniente de reses cada vez más alimentadas por el sistema agroindustrial antinatural llamado feed-lot, está perdiendo calidad, sabor y valores proteínicos.

-"Los cueros argentinos son apreciados en todo el mundo". No es verdad. La industria del calzado y los cueros fue importante, pero hoy en el mundo ese mercado se nutre de zapatos y cueros brasileños, italianos o chinos.

-"Los vinos argentinos conquistan el mundo". Es una verdad relativa. Gran parte de los viñedos locales son emprendimientos de inversores extranjeros y la comercialización la dominan empresas chilenas y californianas.

-"Somos el país más europeo de América Latina". Otra tontería, y además racista.

-"Ezeiza es uno de los mejores aeropuertos del mundo". Una penosa estupidez nacional. En el contexto aeroportuario mundial, Ezeiza es un aeropuerto pequeño, caro, ineficiente y apenas de nivel municipal si se lo compara con decenas de aeropuertos de Estados Unidos o Europa.

-"Los norteamericanos no saben nada de fútbol". Otra tontería popular entre nosotros. Saben de fútbol, lo ven tanto como aquí, es uno de los deportes más populares entre las mujeres y por eso, no casualmente, las chicas estadounidenses son campeonas mundiales de fútbol femenino.

-También cabría señalar la zoncera argentina de vivir lejos del agua, de espaldas a los ríos y lagos. Son muy pocas las ciudades argentinas que aprovechan sus potenciales ribereños: Corrientes, Rosario, ahora Posadas, acaso alguna más. En todo el mundo tener puertos y costas es un formidable valor turístico. No aquí.

-¿Qué ven los argentinos cuando viajan? Los burgueses clasemedieros, digo, los que aman Miami y los shopping-centres como a Dios Padre, son graciosos y patéticos: comparan modas, compran boludeces, y luego de unos días siguen de largo, lo más campantes y convencidos de que "conocen" el mundo.

Me parece que para celebrar nuestro día patrio, este 25 de Mayo bien podríamos sincerar algunas cosas. Igual que las personas, los pueblos más sinceros y humildes son más apreciados que los soberbios y fanfarrones sin sustento.

¡Feliz día de la Patria para todos y todas!

martes, 15 de mayo de 2012

Chau Don Carlos

Me dicen que se murió Carlos Fuentes, carajo...
   Estaba tan bien que daba envidia, con esa vitalidad y esa sonrisa seductora, igual que su prosa. No, realmente parece mentira, una broma de mal gusto...
   Me piden unas líneas para el diario La Nación de mañana, y acabo de enviar éstas:
   "Pierdo un maestro y un amigo, un hombre de una cultura exquisita, sensibilidad y criterio como pocos han tenido. Fuimos cuates desde fines de los 80, cuando colaboró en mi revista "Puro Cuento". En 1993 me recibió con alegría y generosidad en lo que él llamaba el "Club de los Rómulo Gallegos" y desde entonces cada encuentro con él y Silvia fue una fiesta, en México, Madrid, Santo Domingo o Buenos Aires. Lo echaremos mucho de menos."
   Las envío y pienso, en el acto, que es mentira. Qué se va a morir Fuentes, un tipo tan necesario para la literatura latinoamericana, tan actual y tan vivo. No jodan.
   Los escritores como Carlos Fuentes no mueren jamás. 

viernes, 11 de mayo de 2012

De Praga a Mar del Plata

De regreso de Praga, y con una escala en Lisboa —mi siempre amada ciudad— vuelo a Mar del Plata para participar en el Festival Azabache. Durante todo el fin de semana y con un programa amplísimo, el colega Carlos "Coky" Balmaceda y su equipo nos permitirán pensar y debatir el Género Negro, ese viejo berretín mío, y compartir con amigos y amigas.


Lástima que no llegó a tiempo la reedición de mi libro "El género negro", que está a punto de salir nuevamente en una bella edición de la Editorial Capital Intelectual. Pero ya habrá oportunidad para quienes quieran leer ese libro, ya un clásico de la narrativa policial.


Otra circunstancia afortunada es que mañana sábado se exhibirá, en el marco del Festival Azabache, mi película "El décimo infierno", que filmé con mi amigo y socio Juan Pablo Méndez. 


Y la mejor de todas, creo que terminé una nueva novela que cabe en este género. No estoy seguro, ahora vendrá un período de reflexión mía y maceración del texto. Y luego les cuento...

sábado, 5 de mayo de 2012

En la República Checa: Literatura latinoamericana, violencia y reconsideración


Llegué esta semana a Praga, la bellísima capital en la que nació y vivió Franz Kafka. Estuve apenas unas horas, reconociéndola nuevamente, y seguí camino a Olomouc, en el corazón de la antigua Moravia. Olomouc es una deliciosa ciudad de origen medieval, a unos trescientos kilómetros de Praga, con una gran universidad pública en la que se organizó lo que llamaron "Primer Coloquio Internacional de Estudios Latinoamericanos: Literatura y Política, perspectivas actuales".
            Presidido por el reconocido crítico alemán Karl Kohut, quien pronunció la conferencia inaugural, y al cuidado de Daniel y Marqueta Nemrava, dos profesores de esta universidad que organizaron todo a la perfección y nos cuidaron y mimaron en todo momento, fueron tres fantásticos días de convivio con un puñado de narradores, críticos y académicos de diversas universidades de este país y de Alemania, Francia y España.
            Para mí fue una fantástica ocasión de reencontrarme con queridos amigos como el gran narrador peruano Alonso Cueto (¡quien además es un declarado hincha de Vélez y consecuente fan limeño!) y con Horacio Castellanos Moya, duro novelista salvadoreño residente en los Estados Unidos (los tres, en la foto). También estuvo Abilio Estévez, escritor y dramaturgo cubano residente en Barcelona a quien no conocía personalmente. Con ellos y otras personalidades como el historiador Enrique Florescano y el periodista Gerardo Ochoa Sandy, ambos de México; más el editor compatriota Christian Kupchik y los académicos Emil Volek (Universidad de Arizona, USA), José Manuel Camacho Delgado (Univ. de Sevilla), Anna Houskova (Univ. Carolina de Praga), Ligia Chiappini Moraes Leite (Univ. de Sao Paulo, Brasil) y Pablo Sánchez (Univ. de Barcelona), debatimos durante dos días y en media docena de mesas algunos de los grandes temas de la literatura latinoamericana de los últimos 30 años. Ante profesores y estudiantes de todo el país, la mesa final de ayer sábado a la tarde consistió en una entrevista pública que nos hicieron a los cuatro narradores invitados: Horacio, Alonso, Abilio y yo.
            En cuanto a mi conferencia, el viernes, la titulé: "Violencia, Exilio, Política y Utopía en la literatura latinoamericana contemporánea". Y aunque aquí y ahora no la reproduciré completa, sí quiero compartir con ustedes algunos párrafos de mi reflexión:

"Me interesa puntualizar que los cuatro conceptos del título quizás definen todavía a la literatura latinoamericana de los Siglos XIX y XX, pero ya no necesariamente a la del Siglo XXI. Por lo menos, no los cuatro (...) El nuevo milenio se inició con cambios profundos, todavía no completamente estudiados pero que probablemente perfilarán una textualidad diferente, que intuyo que ya es reconocible, y me parece que este coloquio puede ser una buena oportunidad para repasar conceptos, prejuicios y tradiciones académicas (...) Quisiera revisar, entonces, esos cuatro conceptos porque se puede decir que los cuatro son inherentes a nuestra literatura, pero también que forman parte de prejuicios que nos atribuyen, desde hace 500 años, cierta afinidad con la barbarie. Y esto me parece un rótulo ya inaceptable. Me opongo a que se siga pensando a Latinoamérica como 'el territorio de la barbarie', contrapuesta a 'la Europa civilizada'. Hoy, en mi opinión, eso es un mito y creo que hay que reflexionar el asunto con los estudiantes, que serán los profesores y académicos de los años venideros.
            "Yo creo que el mundo bipolar de hace cinco siglos y que se extiende todavía hasta hoy, va dando paso muy lentamente, pero inexorablemente, a un mundo que antes que esas oposiciones bipolares necesita reconocer diferencias y matices.
            "Desde los primeros relatos de la Conquista, y pienso en Cristóbal Colón, Ruy Díaz de Guzmán, Ulrico Schmidel y Bernal Díaz del Castillo, por lo menos, la Violencia se supone que es un modo, un estilo americano y latinoamericano. Producto de la bestialidad de nuestros pueblos originarios, supuestamente. Y representado en las figuras caricaturizadas de dictadores clásicos, mezclados no inocentemente con líderes que según los relatos se supone que también fueron o son dictadores, y entonces se los mezcla a capricho y sin matices, llámense Rosas, Porfirio Díaz, Batista, Trujillo, Perón, Stroessner, Fidel Castro o ahora Hugo Chávez...
            "Esto pudo producir relatos exitosos, ciertamente, y quizás por eso en nuestra América tuvimos que soportar esas visiones más llenas de prejuicios que de análisis.
            "Y sin embargo en paralelo, mientras esa vara nos aplicaban a nosotros, no había aquí en Europa caricaturas sino más bien mucha solemnidad para escribir a Hitler, Mussolini o Franco. O a la Sra Thatcher, y ni se diga a todos, absolutamente todos los muy democráticos presidentes norteamericanos, cuyas víctimas sólo en el Siglo XX suman varios millones de personas.
            "Me disculparán la franqueza, entonces, pero yo rechazo ahora la violencia como signo y marca de la literatura latinoamericana. Y propongo en cambio que, mejor, analicemos la violencia como señal de la posible bestialidad del ser humano. Pero de todas las culturas y en todas las literaturas. No sólo en la nuestra (...) Porque hoy el sistema bancario mundial, por caso, y el Fondo Monetario Internacional, también son violencia en tanto la generan. Y muchas trasnacionales también se especializan en parir violencia en los márgenes del mundo dizque "civilizado". Y los grandes sistemas mediáticos concentrados también proceden con violencia, fomentando, inventando y/o magnificando microclimas violentos, mediante prácticas de lo que suelo llamar 'terrorismo informativo'.
            "Sin desconocer la violencia de las favelas en Brasil, el accionar brutal de los narcos en Colombia y sobre todo en el norte de México, y las muy diversas formas que adquiere la inseguridad urbana en las grandes ciudades de nuestro continente, me parece que nuestra violencia, la de Latinoamérica, puede parecer un juego de niños al lado de todo lo que en los últimos cien años han prohijado Europa y Norteamérica. Sólo que nosotros los escritores latinoamericanos lo decimos, lo escribimos, con sinceridad y dolor, porque ése es nuestro modo de exorcizar el horror. Y también como purificación, quién sabe (...) Propongo tener más cuidado, entonces, con las trilladas argumentaciones acerca de la supuestamente proverbial violencia latinoamericana que impera en nuestra narrativa. No la niego, quede claro, pero me permito recordarles que en democracia América Latina es hoy el continente menos militarizado y menos violento del Planeta. Y eso no nos parece nada mal... Como tampoco estaría mal que ustedes, dicho con todo respeto, revisaran y corrigieran las formas de violencia que los caracterizan tanto o más que a nosotros..."

jueves, 3 de mayo de 2012

Juan y Estela, y el Premio Nóbel de la Paz

Hoy publiqué este artículo en el diario Página/12.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-193170-2012-05-03.html


Desde hace un tiempo se sabe de la candidatura de Juan Carr y la Red Solidaria al Premio Nobel de la Paz. Algunos diarios, incluso, patrocinan la campaña con anuncios y cadenas de adhesión, parecidas a otras que circulan en la web.
Sin dudas, la extraordinaria labor desplegada por Juan, a quien conozco y aprecio, así como de la Red misma, con la cual he colaborado modestamente en alguna ocasión, me parece incuestionable y por eso mismo yo apoyaría gustoso su candidatura, cuyos merecimientos nadie discute, si no fuera que la Argentina ya tiene, desde hace años, otra candidatura que me parece más poderosa, más trascendente y sobre todo más necesaria.
Me refiero a la candidatura de Estela de Carlotto, esa inquebrantable mujer argentina que es la cara visible de las Abuelas de Plaza de Mayo, seguramente la organización más representativa de nuestra sociedad civil ante todo el mundo.
Lanzada, si mal no recuerdo, en 2004 o 2005, la candidatura de las Abuelas se ha sostenido en el tiempo y esto puede comprobarse cada vez que se viaja al exterior. Es cierto que algunos promotores y quienes la apoyaron parecen haber disminuido últimamente su entusiasmo. Pero es sencillo repotenciar una campaña que ha logrado importantísimas adhesiones en muchos países y por parte de innumerables organizaciones y personalidades. Un Nobel no siempre se otorga a quien es propuesto un año, sino más bien a quienes tienen largas y macizas trayectorias.
Y los méritos de las Abuelas de Plaza de Mayo –a las que Estela preside y representa– son definitivamente colosales: han recuperado ya a más de un centenar de hijos y nietos, y continúan en la incesante búsqueda de otros cuatrocientos argentinos y argentinas que fueron arrancados de sus padres durante el plan de exterminio de la pasada dictadura, esa misma que hoy anda confesando –y era hora– ese infame sujeto apellidado Videla que alguna vez dictó reglas en esta tierra.
Si el plan de apropiación de bebés mediante tormentos a sus madres fue, como en efecto fue, el más horroroso proyecto político que se pudo parir en la Argentina, consecutivamente el accionar pacífico y amoroso de las Abuelas de Plaza de Mayo fue la más perfecta respuesta humanista, moral y amorosa que se pudo dar al espanto.
Durante más de treinta años, tres largas décadas, ellas han venido dando un ejemplo ético superior, constituidas en el gran modelo moral que este país nuestro jamás había tenido antes.
No hay, entonces, mejores cartas para aspirar a un Premio Nobel de la Paz. Lo otorguen en Oslo a la Argentina o no, esa candidatura es inigualable y debe ser sostenida por la inmensa mayoría de nuestra nación. Por eso considero, más allá de los muchos méritos del amigo Juan Carr y de la infatigable Red Solidaria, que el sostenimiento de su candidatura no es bueno para ninguna de las dos.
Es verdad que somos un país que casi siempre se divide en sectores irreconciliables, pero sería bueno que esta vez, en este asunto, no se fortaleciera neciamente una candidatura incuestionable, sí, pero inoportuna porque ya está instalada otra, mejor, y desde hace años.
En el lugar de Juan, yo me bajaría como candidato. Y no les haría el juego a esos unos cuantos que aviesa, pícaramente sólo buscan neutralizar el posible Nobel a Estela. No es bueno que el resentimiento de unos pocos manipule a un excelente candidato en el intento de debilitar a una candidata inmejorable.
Y lo mismo vale decir de quienes más recientemente, y no dudo de que también con las mejores intenciones, impulsan la candidatura de Susana Trimarco, esa admirable madre tucumana cuya tragedia y cuya lucha tanto han hecho para destapar esa cloaca nacional que es la trata de mujeres.
Es como si la Argentina de la democracia estuviera plagada de meritorios y honorables candidatos al Nobel de la Paz, lo cual habla bien de nosotros como sociedad. Podemos sentirnos orgullosos de ello. Pero no debemos perder de vista que hay una candidatura indiscutiblemente superior.