Lecturario # 71. Joyce, Jauretche, Cortiñas, Calle, Molina, García Lorca, Isol, García Montero, Muñoz Valenzuela, Ibargüengoitia.
* Siempre es recomendable releer los grandes libros. A cualquier edad y especialmente, dicen, cuando uno ya está crecidito. Y mejor, incluso, si los reencuentros son casuales. Como me acaba de suceder con "Retrato del artista adolescente", esa novela impresionante de James Joyce que leí hace como 40 años, después de mi fascinación por "Ulises" en los tiempos del exilio en México. Cuya lectura fue la que me llevó, directo, al "Retrato..."
Ahora vuelvo a sumergirme en lo que bien puede llamarse el nacimiento literario de Stephen Dedalus, el personaje poliédrico y decisivo de Joyce. Qué prosa, qué ritmo, cuánta sabiduría y sutileza en la prosa de este impactante irlandés al que hace una década visité –es un decir– en su deliciosa casa-museo de Dublin que es como una capilla santificada. Porque recorrer esos ambientes semisombríos donde vivió Joyce, en un barrio lateral de la capital de Irlanda que hoy es centro de culto y peregrinación, les juro, no es un plato que se come frío.
Y ahora me encuentro, producto seguramente de esas casualidades maravillosas que proveen las bibliotecas, y recorriendo estantes de mis viejos libros de adolescencia y juventud, con aquella edición de 1980 que leí y guardé hace años, en traducción de Dámaso Alonso. Y obvio: otra vez me enganchó y me propuso (o demandó) una semana de lenta lectura, que es como se lee a Joyce, y que ahora fue nuevamente gozosa y me brindó un reencuentro con aquella Dublín de principios del 900, que es la misma que yo visité hace unos 15 años y que todavía se siente –y se lee– como la profunda y sutil galería de paisajes, personajes, diálogos y climas que sólo Joyce parece haber sido capaz de narrar. Una delicia. Íntima, si me permiten. (Lumen)
* Hace pocos meses visité la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires. Invitado por su Rector, Ernesto Villanueva, pasé una jornada interesantísima durante la que dí una conferencia sobre la actualidad política y cultural, y respondí entrevistas para el canal de tele de la UNAJ. Y en esas horas el Rector y el Editor, Ernesto Salas, me obsequiaron un libro delicioso, que acabo de terminar de leer: "Arturo Jaureteche. Sobre su vida y su obra" es una compilación de estudios, análisis y evocaciones del agudo e incisivo intelectual peronista. Con textos, entre otros, de Norberto Galasso y de Horacio González, hay una entrevista de 1970 en el libro, en la que Aníbal Ford enhebra con Jauretche un diálogo que no tiene desperdicios. Lo pasé bomba con estas páginas en la mano (Editorial UNAJ).
* "El lado Norita de la vida" es la historia de vida de una de la emblemática Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, quien busca a su hijo Gustavo desde 1977. El autor de este libro, Pablo Melicchio, ha sabido extraer, entrevistándola con delicadeza y profundidad, la médula humanista de esta mujer admirable, dueña de una fuerza ejemplar. Este es, obviamente, esa clase de libros que te deja con la boca seca y lleno de asombro, inquietud, admiración e ideas. (Marea Editorial).
* Y ya que hablo de poesía, y porque soy un tenaz lector de poemarios, abordo un nuevo libro de Leandro Calle, joven bardo cordobés que es mi amigo y compañero, y viene en ascenso y a paso firme con una obra severa y consistente. El libro se titula "País" y es breve pero no pequeño, porque el crescendo de la visión poética, en juego con los ardores del país, es en este caso atinado y sutil. Vean nomás estos versos:
la hormiga se olvida de su carga
y la carga se ocupa del olvido.
El olvido es memoria que se oxida.
* "El cuarto deseo" es el título de una novela de Ignacio Molina, joven escritor de Bahía Blanca, creo que afincado en la CABA, quien en la pasada Feria del Libro porteña y como al pasar lo puso en mis manos. Remiso y elusivo como soy en esta materia, en algún momento le hinqué el diente y no está mal, es el relato de un matrimonio desgastado por los años, las rutinas y el ineludible aburrimiento, en una playa del sur bonaerense. La amistad de otra pareja, dispar, motiva una reflexión sobre el deseo y sus consecuencias, encubriendo el deseo inconfesable de que la mujer muera. Ya saben cómo son esas cosas, y si no las saben lean esta novela. Que no me apasionó, pero tiene lo suyo. (Falsotrébol)
* "Mariposa del aire" es el título de un precioso libro-álbum ilustrado por esa gran artista que es Isol, sobre poemas de Federico García Lorca. Es una publicación del programa Creciendo con Palabras, del gobierno de la CABA. Intenso y por momentos deslumbrante, como todo lo del Gran Federico, lo único que empaña los méritos de esta publicación (y a mí me fastidió mucho) es que en la ficha biográfica del enorme poeta granadino se dice que "fue muerto durante el gobierno militar de Franco", modo mentiroso y negacionista para no decir que Federico fue fusilado por la dictadura franquista. Una estupidez política que, obviamente, no disminuye un milímetro la belleza de este libro.
* Y ya que de poesía y de españoles escribo, leo también a mi amigo Luis García Montero, quien es, como ya he dicho en otro Lecturario, uno de los más relevantes poetas españoles contemporáneos. Y ahora la lectura de "Mónica y los lobos" me confirma su talento. Bellamente editado en Buenos Aires y 2014, es un poemario que parece minimalista y en todo caso ejemplar muestra de un tono exquisito y sabio. Lean este poema:
El tiempo no es un río.
No suena en el murmullo de una fuente,
ni pasa como la arena entre las manos.
Un reloj de pared,
eso es el tiempo.
Y en la pared me pongo,
sin protestar, sin venda,
con los ojos abiertos
para que me fusiles.
* Mi viejo y querido amigo el prestigioso narrador chileno Diego Muñoz Valenzuela, quien fue mi compañero de lecturas y conferencias en universidades de la República Popular China en 2016, me envía ahora sus dos libros más recientes, poderosos y bellos dentro del dolor que narran.
Uno es "Crónica de crisis", una serie de notas íntimas, en primera persona, acerca del estallido popular que conmueve a Chile desde el pasado 18 de octubre y que no parece que acabará sin grandes cambios políticos y sociales. (Simplemente Editores).
Y el otro libro es "Entrenieblas", una nouvelle dirigida a los jóvenes chilenos que no vivieron el golpe de Pinochet hace más de 40 años. En un tono conciso y sereno, Diego traza un diario íntimo de dos meses a partir del 11 de septiembre de 1973. (Vicio Impune Editorial).
Dos libros que recomiendo. Dos hallazgos.
* En los años 70 del siglo pasado, el narrador mexicano Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) escribió una obra satírica y plena de humor en la que describió con ironía la idiosincracia de su país. Novelista, dramaturgo y periodista respetadísimo, el México que legó a las generaciones siguientes fue una suma de artículos, crónicas y apuntes que en 1977 reunió en un libro precioso: "Instrucciones para vivir en México".
Más de 40 años después, una joven y audaz editorial de la ciudad de Querétaro (distante unos 200 kilómetros al Norte de la gigantesca capital azteca) lanza un notable libro titulado "Nuevas instrucciones para vivir en México", en el que una veintena de jóvenes autores hace algo más que un homenaje a Ibargüengoitia; yo diría que es una redefinición del que acaso sea el más emblemático país de Nuestra América, el más orgulloso de sus raíces y el que más decididamente resiste –como resistió siempre– las influencias (malas influencias) imperiales. Y libro en el cual me han hecho el honor de invitarme a escribir el epílogo, que titulé "México en mi corazón". (Gris tormenta editores).