http://buenosairesherald.com/article/186521/costly-errors
Aquí la versión en castellano en Página/12:
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-270379-2015-04-13.html
Medio
ambiente, ambiente entero, Parque Nacional en peligro y los errores se pagan
Podría calificarse de "polución ambiental
sindical": cómo los medios históricamente más contrarios a los intereses
de la clase trabajadora son, ahora, los que más fogonean las protestas
organizadas por desprestigiados dirigentes dizque obreros, como pretenden ser
los señores Moyano, Barrionuevo o Fernández.
A ellos se suman ora la CTA del señor Miceli, ora la
CGT supuestamente "oficialista" del señor Caló, y siempre la
ultraderecha nostálgica de la dictadura y la izquierda más idiota que se ha
visto en la historia argentina.
Es curioso, pero sobre todo grave porque no parece
—y no es— casual.
En el imaginario social argentino de hoy es tan enorme
el descrédito de esas dirigencias que harían enrojecer de vergüenza a
luchadores y precursores de la dignidad de obreros y trabajadores, como fueron los
siempre reconocidos y recordados Alfredo Palacios, Agustín Tosco, Atilio López
y algunos más.
Hoy los dirigentes
sindicales argentinos "luchan" para que no paguen impuesto a las ganancias
los salarios más altos del país. Y no se ponen colorados de vergüenza, acaso
porque la perdieron. Por eso se alinean con patrones, banqueros y ruralistas
como en 2009, y, fogoneados por los diarios y la tele más retrógrados, se bajan
los lienzos por completo y "trabajan" (es un decir) para que el
pueblo argentino retorne al neoliberalismo de la Dictadura y de la infame década
menemista.
En ese contexto, pasan cosas gravísimas en las
sombras y en silencio. Como la pérdida del Parque Nacional El Impenetrable, un
maravilloso territorio de 150 mil hectáreas que la Administración de Parques
Nacionales (APN) todavía no ha podido ocupar debido a una maraña judicial
típicamente contemporánea. Con lo que no se cumple la Ley 26.996 (sancionada por
el Congreso en Octubre del año pasado, por unanimidad), ley que creó el más
grande Parque Nacional de la mitad norte de la Argentina.
Joya ambiental de esta república, último reducto de
especies en extinción como el tatú carreta, el yaguareté y decenas de otros
bichos y aves, e incomparable paraíso vegetal, hoy está en proceso de tala y
robo maderero permanente y sobran pruebas y hay videos de cómo está siendo
arrasada incluso por safaris de cacería perfectamente organizados.
Uno ya no espera que la tele se haga eco de estas
cosas, desde luego, pero sí que las autoridades se ocupen de frenar el
atropello mediante el único camino, que es el estricto cumplimiento de la ley y
la ocupación efectiva inmediata de este Parque Nacional que ya debieran estar
custodiando los bien capacitados guardiaparques que tiene la Argentina.
Quizás la Presidenta pudiera intervenir, en alguno
de esos intensos discursos por cadena nacional que tanto alteran a los
opositores, porque las cuestiones ambientales son importantes y lo van a ser
cada vez más. El mismo Juan Domingo Perón fue precursor de esa conciencia en la
Argentina. Sería fantástico, entonces, que se pusiera a la cabeza del salvataje
de este Parque Nacional en los últimos meses de su gobierno. Así se compensarían
—todo hay que decirlo— doce años de desaciertos ambientales, uno de los puntos
más flacos del kirchnerismo y el cual gran parte de la ciudadanía bancó, cabe
subrayarlo, por privilegiar aciertos como el rumbo inclusivo, la reindustrialización
y el fortalecimiento del rol del Estado en la educación, la salud y la
previsión social.
Mientras el "caso Nisman" se desinfla en tanto
queda claro que más allá de su muerte lo que hubo fue una movida desestabilizadora
"a lo Gene Sharp" y luego una lucha sucesoria feroz —probablemente
para cobrar seguros y heredar cuentas en los Estados Unidos—, el año
propiamente electoral ya muestra variados candidatos en cada fuerza opositora.
Nada inesperado.
Sólo que los tiempos se aceleran y, curiosamente,
el kirchnerismo es el que parecería demorarse en la búsqueda de un candidato
único. Lo que (para esta columna) sería una muy riesgosa estrategia. Porque no
ir a las PASO con por lo menos dos candidatos presidenciales puede ser un
error. Incluso muy costoso. •
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