Lo que dijeron y lo que no dicen los medios, paso a paso
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-227045-2013-08-18.html
En The Buenos Aires Herald:
The primaries: confusions and conclusions
http://buenosairesherald.com/article/138652/the-primaries-confusion-and-conclusion(s)
Versión en Castellano:
Las primarias:
confusiones y conclusiones
Terminadas las PASO el
domingo pasado, los días subsiguientes fueron una especie de torneo declarativo
mediático. Como para que nadie pudiese valorar serenamente la voluntad popular,
cierto periodismo tendencioso y falaz que impera en Buenos Aires se encargó de
sobreimprimir sus deseos sobre lo que verdaderamente expresó, simple y
admirablemente, la sociedad.
Y es una pena, hay que decirlo, porque el voto fue
tranquilo y sereno, en una jornada agradable que significó el debut electoral
de miles de chicos y chicas de entre 16 y 18 años de edad, y en la que votó más
del 70% de los empadronados.
Pero si acaso un marciano hubiese aterrizado en el centro
porteño durante esta semana, habría leído en los diarios colgados de los
kioscos titulares como estos:
"Les dimos una paliza bárbara" (Pino Solanas);
"El 25% es sólo un piso. Seguimos siendo la mayor fuerza electoral del
país" (dirigentes del FPV); "Ganamos nosotros, porque sumando los votos
le ganamos al Pro que salió segundo" (Dirigentes de UNEN); "No es verdad
que no ganamos. Somos los primeros en la CABA" (Dirigentes del PRO
porteño); "Aunque haya salido cuarto, no me bajo. Soy candidato en
octubre" (Francisco de Narváez); "Me importa un carajo lo que sacaron
los otros" (Aníbal Fernández); "Con Massa hablaremos después de
Octubre. No podemos comernos el almuerzo en la cena" (Hugo Moyano);
"Que Massa niegue el acuerdo con Macri es egoísta y tonto" (Miguel
Del Sel); "Cristina está atravesando un proceso de desequilibrio" (Ex
senadora Chiche Duhalde).
Con múltiples respuestas y retruques, la confusión se
impuso. Y la verdad es que así lograron
tapar algunas conclusiones elementales, que hubieran permitido una lectura más
honesta de lo que honestamente votó la ciudadanía. Y el país se habría ahorrado
nuevas discusiones inútiles, y la repetición insensata de acusaciones, gritos y
disgustos.
En ese supuesto, se hubieran podido leer conclusiones que
son sencillas y están a la vista, y sólo requerían serenidad y objetividad para
la evaluación y el análisis. Como estas:
1- Que el gobierno nacional ha recibido un serio llamado
de atención. Ha disminuido su caudal, y el hecho de que en estas PASO no se
votaron cargos directamente no quita que el 25% obtenido es muy pobre para un
gobierno que fue reelegido con el 54% hace dos años. Y aunque es verdad que ese
25% lo constituye en el partido o frente más votado de la Argentina, eso en sí
no determina nada.
2- Que el ultrapromocionado "fenómeno Massa"
obtuvo ni más ni menos que lo que preveían las encuestas: un tercio de los
votos de la provincia de Buenos Aires. Que no está nada mal, pero no supera lo
que es habitual en quien alcanza el primer puesto electoral en esa provincia,
donde ya de Narváez obtuvo similar cantidad de votos en 2009 y aquí estamos.
3- Que la mejor elección parece haberla hecho el
radicalismo, que no sólo obtuvo victorias importantes (en Santa Fe, en alianza
con el Socialismo; en la Ciudad de Buenos Aires con el frente UNEN; y otros
buenos resultados en media docena de provincias) sino que además esto puede
leerse como que la sociedad quiso darles la oportunidad de redefinir y
fortalecer el perfil histórico de la vieja UCR.
4- Que el FAP y Hermes
Binner siguen siendo una gran esperanza santafesina, pero con poca o casi nula
perspectiva de convertirse en fuerza nacional de recambio.
5- Que el PRO ratificó
su primacía en la Capital, así como obtuvo un significativo caudal de votos en
Santa Fe y en Córdoba, pero sigue siendo notable su ausencia electoral en el
resto del país.
6- Que la izquierda,
siendo marginal, refrendó la tendencia de los últimos años a crecer
moderadamente su caudal. Esto se vio sobre todo en la CABA y en Mendoza, aunque
no es seguro que obtengan alta representación en el Congreso después de
Octubre.
7- Que a la vista de estos resultados es posible que
asistamos a reacomodamientos entre intendentes bonaerenses, a gelatinosos
cambios en el PJ que siempre se mueve por derecha y a otros fuegos
artificiales.
8- Que en las elecciones de Octubre, que son las que sí
cuentan, no cabría esperar grandes modificaciones en la composición política
del Congreso. Lo que hace muy dudoso que Octubre sea, como algunos esperan, la
plataforma de despegue de algún futuro presidenciable en 2015.
Y es que 2015 está lejos todavía, y los apellidos barajables
siguen siendo los mismos que podían mencionarse la semana pasada: Scioli,
Binner, Macri, De la Sota. Pueden sumarse, claro, otros apellidos: ahora Massa
pero también Uribarri, Moyano, Alfonsín, Capitanich y acaso alguna mujer, hoy
inesperada, proveniente del kirchnerismo. Y repitentes como Lavagna, Altamira,
Carrió o algún siempre infaltable Rodríguez Sáa. E incluso, aunque la misma
Presidenta ha desautorizado la re-re, lo que en opinión de esta columna fue un
acierto, no habría que descartar a nadie. A nadie. •
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