Aviso por los comentarios

AVISO: Es probable que en algunas redes sociales existan cuentas, muros o perfiles a mi nombre. NADA DE ESO ES VERDADERO.

Las únicas 2 (dos) vías de sociabilidad virtual que manejo son este blog y mi página en FB. Ninguna otra cuenta, muro o perfil —en Facebook, Twitter o donde sea— me representa. Por lo tanto, no me hago cargo de lo que ahí puedan decir o escribir personas inescrupulosas.

viernes, 1 de enero de 2021



Apuntes de la errancia / 36

Meditación sobre el peor año de la historia


Por Mempo Giardinelli

 

Anoche, 31, se acabó, al menos en los calendarios, el maldito año 2020. Que jamás olvidaremos y que en esta columna venimos llamando desde hace rato "el año de la peste".


Un año que produjo, hasta el día de ayer, 83 millones de personas infectadas, casi dos millones de muertos, 47 millones de recuperados y unos 33 millones todavía en recuperación. Y que produjo también un desquicio fabuloso, nunca visto en la vida cotidiana de los casi 8.000 millones de habitantes que tiene hoy el planeta, ubicados en todos los continentes y territorios de unos 300 países.

 

Y peste, además, que todavía nadie puede asegurar que se haya acabado, más allá de la esperanza que significa disponer de media docena de vacunas que en estos días empezaron a aplicarse aquí y allá.

 

Nos recuperaremos, seguramente, pero nos queda mucho dolor y el miedo atravesado. Y el desastre ambiental en el planeta, cuyo recalentamiento global ya es un hecho y prueba de ello son los incendios gigantescos en el continente africano, y en la amazonía sudamericana, y la destrucción de bosques que este año que pasó sufrimos en una docena de provincias argentinas. Y también asistimos al fin de glaciares tanto en el Norte como en los territorios antárticos. 

 

También por eso este "año de la peste" que terminó anoche puede, y quizás deba, ser considerado el peor año de la historia de la humanidad. Y yo diría que por lejos el peor de todos los otros siglos que propone la prensa mundial –ese sistema mentiroso y manipulador que siempre denunciamos– y que pretente instalar la idea de que el peor año de todos los tiempos fue el 536, o sea en el siglo 5º, hace más de 1.500 años. 

 

La todavía supuestamente prestigiosa revista norteamericana Time ha dedicado su último número a proponer que el 2020 fue "el peor año de todos los tiempos", pero en parte por la pandemia y en parte por el absurdo sistema electoral de los Estados Unidos. Y cita, como contraposición a ese absurdo, la propuesta del historiador medievalista Michael McCormick en el último número de la revista Science, y así fingen cuestionar la idea. Con la típica mirada soberbia de todo sociocentrismo, primero hacen una afirmación con pretensión universal, pero planteando un fingido debate porque un historiador dice que el año 536 fue el peor para la humanidad, superando a la peste negra de 1349, la viruela de 1520 y la gripe norteamericana, que ellos llamaron y siguen llamando "española" de puro avivados. 

Porque esa peste empezó en Francia en 1916, y en China en 1917,y los primeros casos se declararon en la base militar de Fort Riley, en territorio estadounidense, en marzo de 1918. Esa peste, con rasgos parecidos a la pandemia actual, mató a más de 40 millones de personas en tres años (de 1918 a 1920). Y se la llamó española porque España era un país neutral en la 1ª Guerra Mundial y no censuraba la publicación de informes sobre la enfermedad, a diferencia de los países guerreros, que sí censuraban toda la información para no desmoralizar a las tropas. Y para no desmoralizar atribuyeron el origen de esa peste a España. Avivadas imperiales típicas, como ya sabemos.

Y respecto de que el 536 haya sido "el peor año" de la historia humana, es más que dudoso, porque sí hay registros de que ese año hubo una erupción volcánica masiva en Islandia, en el Atlántico Norte, que produjo una niebla que oscureció a toda Europa, que entonces, para las miradas etnocéntricas, era "todo el mundo" cuando obviamente no lo era. Como sea, el 536 produjo una insólita oscuridad durante las 24 horas de cada día y durante 18 meses. Un año y medio sin sol, que en la Historia se recuerda como "la edad oscura", y la cual produjo un fuerte cambio climático, pérdida de cosechas y una hambruna que alcanzó a toda Europa y partes de Asia y África. Y que quizás fue causa de que pocos años más tarde, en el 541, llegara a Europa desde Egipto la famosa "peste bubónica" que fue decisiva para la caída del Imperio Bizantino.

 

Otras opciones de años peores fueron la Peste Negra, del siglo 14, que mató a la mitad de la población europea; o la Viruela que trajeron los conquistadores a América hacia el año 1520 y que mató a entre el 60 y el 90% de los pueblos originarios americanos. Y ni se diga la peste que significó el nazismo y la 2ª guerra mundial, entre 1933 y 1945, que mató a entre 40 y 60 millones de personas. Cualquiera de esas tragedias causó horribles años de peste como el 2020. Pero la verdad es que no tiene ninguna importancia comparar cuál año fue peor. No obstante lo cual esta columna sí propone tener en cuenta que en ninguna de esas pestes el planeta tenía, me atrevo a calcular, ni 500 millones de habitantes en total. Hoy somos casi 8.000 millones, y ésta es la primera peste verdaderamente universal, no sólo de Europa, Oriente medio y Asia. Porque ojo que a todas las estimaciones les faltó la mitad del mundo para medir pestes: en todas las anteriores no se tuvo en cuenta a América, África y Oceanía completas como ahora sí. Otra picardía del etnocentrismo.

 

Que reproducen hoy mismo casi todos los medios del mundo. Porque lo que dijo este Sr. MacCormick en Time se encuentra repetido en Clarín, La Naciòn, Perfil, INfobae, El País de España y de Uruguay, La vanguardia, Público, Diarioas, Mundo Deportivo, El financiero de Mexico y siguen en malón las repeticiones, acríticas, de lo que dijo un historiador que no tuvo en cuenta, en absoluto, que este planeta en el año 536 estaba casi deshabitado en comparación con nuestro ahora, en el que además el hambre y la desigualdad son datos decisorios.


Lo que sí dejaron las viejas pestes, peores o no que la actual, fueron obras de arte decisivas para la cultura de todos los tiempos. Pienso en El corral de apestados, tremenda pintura de Francisco Goya (1798) o los cuentos de El Decamerón, de Giovanni Bocaccio, que a mitad del siglo 14 combinó para siempre a la gran literatura con la Peste Negra europea que duró más de un siglo, y casi a la par de las matazones de pueblos enteros a manos de los conquistadores y piratas que arrasaban Nuestra América en pos de oro y plata y mataban a millones de personas y devastaban culturas originarias.

 

Es bastante hipocrita esto de medir cuál peste fue peor. Seguramente la que estamos viviendo es un horror y posiblemente sea, sí, la peor de toda la historia de la humanidad. Pero también es la que mejor posicionados nos encuentra en términos sanitarios y científicos, y es allí donde ciframos nuestra esperanza. @

No hay comentarios:

Publicar un comentario