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martes, 11 de noviembre de 2014

Un regalo en una Biblioteca de Bernal Oeste

Hoy fue un día absolutamente especial. Demasiado, quizás, porque la vida hoy me hizo otro regalo que no sé, realmente no sé si merezco. Por decisión democrática de la comunidad educativa y aprobado por las autoridades educativas de la Provincia de Buenos Aires, se impuso mi nombre a la Biblioteca de la Escuela Primaria Num. 63 y Secundaria Num. 64, de Bernal Oeste, Municipio de Quilmes.
   Es una barriada de trabajadores y familias con muchísimas carencias, fábricas cerradas desde 2001 y alta conflictividad social (está al lado de la así llamada Villa Itatí) pero donde hay, intacto y hermoso, un extraordinario y conmocionante amor a la educación pública. Mas de 700 chicos y chicas se nutren de lecturas en esta biblioteca, dirigida por Helga Aquino Wendling, una experimentada y heroica docente bonaerense, quien con Rosa Veloso y decenas de profes de todas las disciplinas hoy me dieron una clase magistral de amor, coherencia, abnegación y fuerza.
   Cientos de chicos y chicas de todas las edades pintaron los pasillos con portadas y citas de mis libros, leyeron mis cuentos en voz alta, representaron algunos, hicieron filmaciones caseras de otros y me entrevistaron en la modestísima radio de la escuela. Y todo con un afecto como sólo los chicos saben dar.
   No supe no lagrimear durante un par de horas y cuando me tocó hablar les dije que en realidad yo era nadie, que el aplauso era para esas maestras y profes y toda esa comunidad educatiba, y que sólo la Literatura, esas docentes y el azar me habían llevado hasta allí. Y que si la palabra GRACIAS fuera un verbo yo con ellos habría aprendido a conjugarlo en todas sus variantes.
   Volví a la capital y subí al avión para volar al Chaco sintiéndome y sabiéndome más millonario que Paul Singer y todos sus buitres juntos.

1 comentario:

  1. Gracias Mempo!! Este será un día inolvidable para quienes tuvimos el privilegio de vivirlo juntos!!!
    Un abrazo!
    Helga

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