Lecturario # 25
* Vaya que es difícil la
poesía amorosa: se corren los riesgos feroces de la sensiblería, el lugar
común, la cursilería, la superficialidad. Por eso cuando uno lee cómo un poeta supera
esos obstáculos, no puede menos que celebrarlo. Yo quiero celebrar hoy al vate
neuquino Gerardo Burton, de quien leí en estos días su "Obra junta",
un sobrio y hermoso libro publicado por la Municipalidad de Neuquén. Y en el
que me reencuentro con la obra completa —hasta aquí— de este poeta al que conocí
fugazmente hace muchos años, en su ciudad, y al que jamás volví a ver, pero
cuyos poemas leí cada vez que se dio la ocasión.
En cierto modo, lo he seguido desde sus "Poemas
iniciales" de los años 70. Y ahora aquí están todos sus libros, entre
ellos algunos que releo y valoro como "Poemas azules" y "Corazón
de aguas".
De "Infierno sin umbral", de 1989, copio estos
versos:
el yeso
puede herir tu frente
pero no
sería tan doloroso
como la
tempestad insensible
que te
somete
a ningún
lugar bajo el cielo
Y estos otros, de 2002:
nunca
estuve más solo
que a tu
intemperie
No soy quién para declarar
que Burton es un gran poeta. Pero sí digo que al releerlo me dan ganas de
viajar hasta Neuquén y tomar un whisky o un ron con él. O dos. (Municip. de
Neuquén)
• Guillermo Martínez me
había recomendado el libro de cuentos de una joven narradora de Bahía Blanca, Valeria
Tentoni (1985), "El sistema del silencio", en el que él escribió la
contratapa. Y en efecto, es un conjunto interesante, en el que sobresale un
clima de iniciación, eso que en Literatura se conoce como rito de pasaje. Hay
una aguda observadora allí, hay convincentes atmósferas opresivas y una prosa
bien cuidada aunque todavía con rasgos de taller literario. Por cierto, uno de
los mejores cuentos es el feroz retrato de un maestro de taller. Otros textos
recomendables son "La culebrilla", "Cuarto de derrota",
"Los ñatos" y el notable "Clase de canto", que remite al
clásico, inolvidable cuento de Susana Silvestre "El coro más osado del
Oeste". No se puede menos que saludar y estar atentos al universo narrativo
que propone esta joven autora. (17G Editora).
• También sobre el rito de
pasaje es la novela más reciente de Claudia Piñeiro, "Un comunista en
calzoncillos". Una memoria personal, íntima y profunda, de la niña y la
adolescente que fue la autora en los años 70, antes y después del golpe de
estado de 1976. Con una deliciosa sección final que llama "Cajas
chinas" y que son notas de epílogo y fotografías, comentarios y noticias
de época, dibuja un espléndido retrato textual de aquella Argentina que el
autoritarismo, la censura y el miedo enterraron para siempre. Novela llena de
encanto, en estas páginas encontramos a la mejor Claudia Piñeiro, más madura,
más tierna, devenida ya una de las narradoras más competentes de esta primera
parte del Siglo XXI (Planeta).
• También quiero mencionar
otras lecturas de las últimas semanas:
* "Escrituras de caminante", del poeta y
académico riojano Miguel Ángel Oviedo Álvarez (1950), es un breve poemario de
tono contemplativo-meditativo con algunos hallazgos (Ediciones del Dock).
* "Cielo de Coghlan", de Rubén Derlis, es una colección
de poemas a ese barrio porteño para mí entrañable, y, a la vez, a la ciudad
toda. Su tesitura poética está teñida de nostalgias y giros tangueros, en
registro amable y con versos logrados. Las calles de barrio y los viejos
colectivos, los tranvías y los inmigrantes están allí en versos sencillos y
cargados de nostalgia de un tiempo que fue hermoso (al menos en una
idealización que no hay por qué reprochar) pero que ya no existe (Editorial
Descierto).
* "Nuestros abuelos italianos", de Alberto
Sarramone, es una especie de registro de la inmigración itálica llegada a la
Argentina en los siglos XIX y XX. Organizado como fichas temáticas, incluye un
pretendido e incompleto diccionario de apellidos de ese origen (Ediciones B).
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