Esto es lo que escribí hoy en el diario The Buenos Aires
He aquí la versión en castellano:
Como cuando los niños no
quieren aprender, gran parte de la clase política argentina –y sus mayores: el
aparato político-periodístico que los orienta– se ha acostumbrado a ver solamente
lo que quiere ver aunque no se corresponda con la realidad. Ésa parece ser la
conclusión más inmediata y precisa del notable proceso electoral de este
domingo que pasó.
Conviene mirar hechos y
datos concretos para corroborarlo, justo cuando se cumplen, pasado mañana jueves, 30
años de la histórica elección que consagró presidente a Raúl Alfonsín y marcó
el regreso de la democracia en este país. Ahora el 76 % de los 30 millones de argentinos/as
habilitados votó en libertad y con notable entusiasmo, o sea 6% más ciudadanos que
en las PASO de agosto pasado.
Se eligieron 127 diputados nacionales y 24 senadores ídem y los comicios fueron excepcionalmente limpios, veloces
e incuestionables. Según el ministro Florencio Randazzo, "los más
organizados de los últimos treinta años".
La voluntad popular se
expresó, más allá de gustos o preferencias, con una claridad y contundencia
muchísimo mayores que las interesadas y en muchos casos retorcidas
interpretaciones de dirigentes, encuestadores y columnistas. El simple repaso
de los resultados transparenta las cosas. A saber:
1– El partido de gobierno (Frente
para la Victoria y aliados) se consolidó como fuerza mayoritaria con presencia en
todo el territorio nacional. Ganó en 12 provincias, o sea
la mitad del país: Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Misiones,
Río Negro, Salta, San Juan, Santiago del Estero, Tucumán, Tierra del Fuego.
Con el 33.27 % de los votos
para diputados logró 47 bancas y aumentó su representación parlamentaria
(tendrá cinco diputados más que el viernes anterior a la elección, con lo que
alcanza 130 en total). Para senadores obtuvo el 39.37 % de los votos totalizando
40 bancas, con lo que tendrá quorum propio en ambas cámaras del Congreso.
2– La Unión Cívica Radical con sus
aliados se consolidó como la segunda fuerza política nacional con presencia en
todos los distritos y el 24.68% de los votos de todo el país.
La UCR ganó en 4 provincias: Catamarca, Corrientes,
Mendoza y Santa Cruz. Y con el 23,28% de los votos a diputados logró 36 bancas
(tendrá 61 en total) y tres bancas senatoriales con el 22.70% de los votos para
senadores (tendrá 19 en total).
3– El Frente Renovador recibió el 12,24 % de los votos, aunque concentrados
en un único distrito: la Provincia de Buenos Aires, en la cual venció por una
importante diferencia y con el 43.92% de los votos bonaerenses para diputados.
Obtuvo con aliados del peronismo no kirchnerista 26 bancas, para un bloque que
totalizará 37.
4– Partidos provinciales de origen peronista
triunfaron en Neuquén, Chubut, Jujuy, San Luis y Córdoba. Representan un total de 24.75%
del electorado nacional.
5– El PRO, que va a tener senadores por primera
vez, tiende a ser un partido nacional y no sólo municipal. Con el 39.27% obtuvo
dos senadores en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que gobierna desde 2007. Y con 34.45%
obtuvo 12 diputados nacionales. Con el 8.04 % de los votos totales del país y
presencia en una decena de distritos, es ahora la cuarta fuerza política
nacional.
6– Se consolida la izquierda en varios distritos y
obtiene 3 diputados nacionales en una notable elección. En las provincias de
Buenos Aires, Salta y Mendoza, y ahora también en Chaco, Formosa y Jujuy se
convierte en refugio de disconformes. Lo que no significa necesariamente un
ascenso del trotskismo alineado en el Partido Obrero (PO).
Hasta aquí los datos, que en una elección son los que hablan. Lo demás son
interpretaciones. Los recuerdos del ascenso de
Francisco de Narváez en 2009, las polarizaciones ideológicas y las supuestas
"palizas" al gobierno son, finalmente, nada más que deseos no
probados. De hecho muchos de los votos por derecha muestran aparentes
equivalencias entre el Pro y el FR con vistas a 2015, pero esa también es una
igualdad discutible y no del todo segura.
De hecho Mauricio Macri se despegó velozmente de toda posible alianza con Sergio Massa. Dijo: "En 2015 en las listas del PRO no va a haber ningún ex integrante de un Gabinete nacional". Replicó Massa al día siguiente: “Pensar en 2015 es una falta de respeto”. Y es que son dos gallos en oferta para una misma dama, la República. Claro que sus seguidores ya empezaron los pases: tres diputados electos el domingo por el FR se pasaron, en menos de 24 horas, al PRO: Soledad Martínez, Gladys González y Christian Gribaudo. Una película que recién empieza.
El periodista televisivo hoy emblemático de estas intenciones sugirió varias veces, la noche del domingo, que la Presidenta podría no terminar su mandato y deslizó que quizás su enfermedad fue una tramoya. Al día siguiente, el lunes, la renovada diputada Elisa Carrió se lanzó en el mismo sentido y estilo: "Hoy la Presidenta no está y no sabemos si vuelve".
El domingo quien hacía zapping encontraba en cada canal una fiesta, pero las celebraciones no eran por lo mismo. A treinta años de democracia y ante una fiesta popular como fue esta elección, la felicidad de cada quien obedeció a sus intereses, no al bien común.
De hecho Mauricio Macri se despegó velozmente de toda posible alianza con Sergio Massa. Dijo: "En 2015 en las listas del PRO no va a haber ningún ex integrante de un Gabinete nacional". Replicó Massa al día siguiente: “Pensar en 2015 es una falta de respeto”. Y es que son dos gallos en oferta para una misma dama, la República. Claro que sus seguidores ya empezaron los pases: tres diputados electos el domingo por el FR se pasaron, en menos de 24 horas, al PRO: Soledad Martínez, Gladys González y Christian Gribaudo. Una película que recién empieza.
No obstante todo ello, y el carnaval de radio y
televisión que cuando se lee esta nota lleva ya tres días, habría que reconocer
que el gran triunfador de las elecciones, como de la política argentina de este
tiempo, es el periodismo ideológico-económico. Construyeron ahora a Massa, como
antes a Macri, a Julio Cobos y a varios más, y no se visualiza manera alguna de
contenerlos cuando van por más –ellos sí– aparentemente decididos a doblegar
incluso a la Corte Suprema de Justicia.
El periodista televisivo hoy emblemático de estas intenciones sugirió varias veces, la noche del domingo, que la Presidenta podría no terminar su mandato y deslizó que quizás su enfermedad fue una tramoya. Al día siguiente, el lunes, la renovada diputada Elisa Carrió se lanzó en el mismo sentido y estilo: "Hoy la Presidenta no está y no sabemos si vuelve".
El domingo quien hacía zapping encontraba en cada canal una fiesta, pero las celebraciones no eran por lo mismo. A treinta años de democracia y ante una fiesta popular como fue esta elección, la felicidad de cada quien obedeció a sus intereses, no al bien común.
Es inevitable pensar que ahí, quizás, anide el
huevo de la serpiente. •
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