Desde ayer, con la noticia de la muerte de Héctor Tizón, me siento
bajoneado, con miedo. Cuántos grandes se nos murieron este año, carajo, cuántos
amigos.
Con Héctor y Flora hemos pasado momentos deliciosos, en el exilio y el desexilio, en España y en Jujuy. Nunca pudo venir al Foro en el Chaco. La última vez, hace tres años, comimos un locro memorable en un restaurante del centro jujeño. Esas cosas.
Tipo fino, elegante, mesurado, siempre de traje y corbata. Y un escritorazo.
Desde que leí "Fuego en Casabindo" y "El cantar del profeta y el bandido", cuando yo era un jovencito lleno de lecturas, supe que era un grande. Después, a la amistad se sumaron "La casa y el viento", sus cuentos de "El gallo blanco", "La mujer de Strasser".
Ganas de joder, las que tiene la Muerte.
Con Héctor y Flora hemos pasado momentos deliciosos, en el exilio y el desexilio, en España y en Jujuy. Nunca pudo venir al Foro en el Chaco. La última vez, hace tres años, comimos un locro memorable en un restaurante del centro jujeño. Esas cosas.
Tipo fino, elegante, mesurado, siempre de traje y corbata. Y un escritorazo.
Desde que leí "Fuego en Casabindo" y "El cantar del profeta y el bandido", cuando yo era un jovencito lleno de lecturas, supe que era un grande. Después, a la amistad se sumaron "La casa y el viento", sus cuentos de "El gallo blanco", "La mujer de Strasser".
Ganas de joder, las que tiene la Muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario