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lunes, 8 de agosto de 2016
A 20 años, luz:
Mi nota de hoy lunes en la contratapa de Página/12:
Mempo: Como siempre es muy interesante leer tus columnas, son una manera de sentarse a reflexionar sobre lo que nos pasa y a partir de alli buscar las soluciones, que tiene que haberlas. Me tocó vivir el menemismo con apenas 20 años, estudiando en una universidad privada en capital federal, sin soñar siquiera que viviría en Córdoba unos años después. Compré ese cuento solo al principio, viendo los programas de Grondona (Mariano también amigo del todo pasa), pero apenas empezé a ver el costo de ese neoliberalismo vendedor de espejitos de colores comprendí que no iba a terminar bien. También, por la ferrea oposición de mi madre que desde el principio alertó de lo que se venía, la misma que ha votado a este gobierno sin inmutarse. Entonces pensé ¿ que nos pasa como sociedad que olvidamos tan rápido y nos damos vuelta como una media?. Esto no convierte a mi mi madre ( como a tantos otros) en mala persona, pero si en incoherente. Leyendo el raconto de las desgracias de estos últimos veinte años uno se pregunta que se estrá escribiendo dentro de dos decadas, quisiera pensar que no lo mismo que ahora, pero la verdad que todo indica que vamos por el mismo camino. Queda seguir luchando, no resignarse, buscar lugares como el manifiesto para dar la verdadera pelea: la cultural y que de uan vez por todas las mayorías entendamos al menos cuál no es el camino. Quizá sea el punto de partida para construir un proyecto de país integrador para todos los habitantes de la nación y no un negocio de unos pocos a costa del hambre de la mayoría, la misma que , inexplicablemente, ahora los vota
Mempo: Como siempre es muy interesante leer tus columnas, son una manera de sentarse a reflexionar sobre lo que nos pasa y a partir de alli buscar las soluciones, que tiene que haberlas. Me tocó vivir el menemismo con apenas 20 años, estudiando en una universidad privada en capital federal, sin soñar siquiera que viviría en Córdoba unos años después. Compré ese cuento solo al principio, viendo los programas de Grondona (Mariano también amigo del todo pasa), pero apenas empezé a ver el costo de ese neoliberalismo vendedor de espejitos de colores comprendí que no iba a terminar bien. También, por la ferrea oposición de mi madre que desde el principio alertó de lo que se venía, la misma que ha votado a este gobierno sin inmutarse. Entonces pensé ¿ que nos pasa como sociedad que olvidamos tan rápido y nos damos vuelta como una media?. Esto no convierte a mi mi madre ( como a tantos otros) en mala persona, pero si en incoherente. Leyendo el raconto de las desgracias de estos últimos veinte años uno se pregunta que se estrá escribiendo dentro de dos decadas, quisiera pensar que no lo mismo que ahora, pero la verdad que todo indica que vamos por el mismo camino. Queda seguir luchando, no resignarse, buscar lugares como el manifiesto para dar la verdadera pelea: la cultural y que de uan vez por todas las mayorías entendamos al menos cuál no es el camino. Quizá sea el punto de partida para construir un proyecto de país integrador para todos los habitantes de la nación y no un negocio de unos pocos a costa del hambre de la mayoría, la misma que , inexplicablemente, ahora los vota
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