http://buenosairesherald.com/article/205272/the-landscape-after-the-battle-and-the-lack-of-selfcriticism
Y el texto en Castellano, que ha de publicar Página/12 mañana lunes:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-288716-2015-12-21.html
Paisaje después de la batalla y la autocrítica que
falta
Luego de la carta pública al Presidente esta columna recibió una oleada de apoyos
pero también otra de enojos, agravios, insultos y amenazas. Pequeña metáfora de
la Argentina actual, o de la llamada "grieta", el panorama se aclara según
pasan los días y es un hecho la entrega del destino nacional al así llamado
"mercado", esa mera suma de intereses de pocos, ricos y mezquinos.
En menos de diez días se aceleran despidos y se limitan derechos, se acosa
la libertad de expresión y el aluvión de decretos presidenciales evoca prácticas
dictatoriales. Velozmente se traicionan promesas, se arrasa con el Congreso
Nacional, se implanta una Corte Suprema inconstitucional y servil, se recortan
presupuestos y se desmantela la ANSES, lo que presagia represión a reclamos
populares que llamarán "combate a la inseguridad" y otros eufemismos.
La fría consigna del nuevo gobierno es debilitar al Estado y reendeudarnos.
Matar el ALBA y la UNASUR, que fueron lo más digno que pasó en el continente, y
retornar a relaciones de genuflexión como sucede en Chile, Colombia y México, naciones
hermanas hoy sumidas en la dependencia y con pavorosas desigualdades sociales.
Por eso este columnista lamenta el voto del pueblo el 22N y sostiene que es
necio enojarse con quienes pensamos, decimos y escribimos, con muchísimo
respeto y sin ánimo de ofender a nadie, que las consecuencias de la decisión
popular pueden ser, como parecen ya, costosísimas. Por eso es saludable
comprobar, como se observa, que muchos que votaron a Macri o en blanco (de
hecho fue lo mismo) ya están arrepentidos y lo admiten. Incluso en los
comentarios de los mentimedios. Esto evidencia una vez más que no es cierto,
como jamás lo fue, que los pueblos nunca se equivocan.
Pero lo importante ahora es
no sólo la denuncia, que es irrenunciable, sino también la autocrítica que está
faltando y que siempre se pide y tanto cuesta practicar. Sólo así se podrá
entender que el nuevo gobierno no llegó al poder por puros aciertos
publicitarios. También por errores propios, que es menester identificar. Si se
deja por un momento la mirada melancólica sobre todo lo plausible que se hizo
en los últimos 12 años, se verá que tanto el kirchnerismo, el FPV y lo mejor
del peronismo, como la ex presidenta como máxima figura, también tomaron
decisiones que, aciertos aparte, fueron gruesos errores. Señalarlos puede y
debe ser una oportunidad de superación.
Cabría enumerar algunas y en
primer lugar, quizás, no haber sabido tejer alianzas, lo que es básico en
política. El autoencierro fue letal. CFK no confió en su propio talento para
invitar, dialogar y seducir a los opositores y proponerles agendas de negociación.
Cierto que sufrió un hostigamiento feroz, pero un estadista igual se sienta y
discute, propone, logra acuerdos mínimos. Que eso es la famosa gobernabilidad.
Sin dudas el kirchnerismo hizo una revolución democrática
con innovaciones políticas, reformas institucionales, económicas y sociales, y
todo frente a una prensa mundial hostil, enervada desde medios locales de una
miserabilidad sin precedentes. Y sin dudas estos 12 años fueron una fiesta
para vastos sectores populares. Pero entonces la pregunta es por qué también
desde esos sectores se votó a quienes ahora serán
sus verdugos.
uizás se pudieron atender
algunos cuestionamientos de los críticos que acompañamos el proceso. Quizás se
hubieran salvado errores como la falta de una política de transparencia que
reconociera que la corrupción es endémica en este país y está instalada en
todos los estamentos. Por no hacerlo, ahora serán los zorros los encargados de
vigilar el gallinero, lo que ya hacen cacareando la "pesada herencia"
y otras retóricas. Habría que revisar también el aislamiento, que llevó a
CFK a dirigirse siempre a los ya convencidos, porque no hubo política de
diálogo con los diferentes.
Por citar sólo un ejemplo, así como supo reacomodar con
inteligencia su discurso, actitud y conducta cuando Jorge Bergoglio devino Papa
y figura mundial, la expresidenta no supo hacer lo mismo hacia dentro de la
casa. Y esto hay que decirlo y nadie tiene por qué ofenderse. Fue ella quien
debió convocar a los radicales, incluso a los más doblados. Y llamar al
socialismo al diálogo. Y a la izquierda ni se diga. Y aunque hubiese logrado
poco, otra hubiese sido su imagen en la opinión pública, desmereciendo los
motes de autoritaria o autosuficiente. Y
otro error fue elegir a dedo demasiadas veces y con dedo equivocado. Así como
desatender la cuestión ambiental y por
eso ahí están ahora, intactos y felices, Monsanto, Barrick Gold y otros nombres
letales.
Si más de la mitad del electorado optó por el voto
castigo a una gestión, no es sensato protestar contra ellos si no se acompaña
de una revisión de las propias malas decisiones. No en la gestión económica y
social, seguramente los puntos más altos del kirchnerismo, y sin dudas no en
materia de Derechos Humanos y conquistas igualitaristas, pero sí en otros
rubros: la elección del candidato obviando las PASO; o elegir a Macri como el enemigo más "fácil"
de vencer porque era un candidato frívolo, empresarial y de pocas luces, a
despecho de que era sostenido con mucha inteligencia por un aparato
colosalmente poderoso. Haber perdido las provincias de Buenos Aires y Córdoba
de manera abrumadora impone autocrítica. Y
también no tener en cuenta que además de que la ciudadanía fue sometida al sistemático
engaño de los Mentimedios, también se cansó de errores insostenibles como no haber
reconstruido el INDEC.
Las autocríticas
son necesarias aunque a algunos les moleste y otros cuestionen "la
oportunidad". Pero si primerean pidiendo renovaciones el Sr. Urtubey,
gobernador salteño amigo de Macri y de los fondos buitres, y alguno que otro
sindicalista desteñido, ¿quién puede cuestionar que un insignificante que ni
siquiera es militante K escriba de buena leche estas reflexiones? Exitismo y
soberbia nunca ayudan. Y menos en la derrota y el dolor.
Dijo uno en mi barrio: "Mire si llegamos a ver la
foto de Macri reponiendo el cuadro de Videla". ¿Vamos a esperar hasta eso,
mirando para otro lado, en lugar de fortalecernos desde la verdad y de
propuestas superadoras?" *
Querido Mempo, solo quiero decirte GRACIAS!!!! Ademas de muchos de tus libros, leo tus escritos de Página 12. Estos son siempre tan pero tan clarificadores para mí y expresan de una manera maravillosa lo que siento. Lei ayer tu columna y la verdad me pareció inmejorable y me identifico absolutamente. Que el 2016 te traiga todo lo mejor y que tus escritos sigan trayendo todo lo mejor para nosotros.
ResponderEliminarAbrazo grande!!
Silvina
Mempo: Solo puedo coincidir con lo que ponés y seguir consultandote si pensas que el manifiesto argentino puede volver, como un aporte ante tanto atropeyo. La verdad es que sigo con preocupación todo lo que está ocurriendo, sin entender como en Cordoba, mi provincia, la de la reforma universitaria y el cordobazo le ha dado los votos necesarios al primer representante de la derecha y los poderes concentrados que llega a poder por medio de los votos.
ResponderEliminarPor mi trabajo hablo con gente todo el día, y fue increible advertir como una gran mayoria no sabia lo que votaba, quienes son estos nefastos personajes y las gravisimas consecuencias que traeran en el poder. Ahora hay que bancarsela, asi es la democracia, pero tambien se construye una de calidad con ciudadanos que no votan irresponsablemente, como es votar ignorando quienes son y que piensan hacer justamente esas personas a las que les estoy confiando los manejos del país
Algo tenemos que hacer, conta conmigo si crees que el manifiesto puede volver