http://www.buenosairesherald.com/article/189355/the-bush-business-fayt-and-democracy
Y en castellano en Página/12:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-272927-2015-05-18.html
El monte
y los empresarios, Fayt y la democracia
Por
Mempo Giardinelli
El fin de semana pasado,
tal como otras veces, fuimos a llevar
mercaderías diversas junto con libros, mapas y útiles escolares a tres modestas
escuelas de El Impenetrable, a 500 kilómetros de Resistencia. Ahí se educan
niños de comunidades Wichís (Nueva Población y Paraje La Armonía) y Qom
(Parajes San Agustín y El Toroltay). Y una vez más esta experiencia, que se
repite varias veces por año desde hace años, me brindó enseñanzas asombrosas,
una de las cuales bien harían en evaluar algunos empresarios argentinos.
Una de ellas refiere al
potencial económico de la harina de algarrobo, árbol que está siendo talado de
manera brutal, día a día y hora a hora, en todo el Nordeste, para vender la
madera en rollizos a 300 pesos la tonelada. Lo que no sólo es un crimen
ambiental sino también una soberana estupidez porque cada ejemplar puede
producir hasta 50 kilos de harina, sana, nutritiva y exquisita, y el precio de
la harina ronda también los 300... dólares por tonelada. Y cada árbol sigue
produciendo todos los años.
El potencial del algarrobo es enorme, y su fruto, una vaina
azucarada, sirve de alimento a animales y personas porque es rica en sacarosa,
glucosa, fructosa, fibra, vitaminas C y E, minerales, potasio, carbohidratos y
proteínas. Y da también una exquisita miel vegetal. Por eso los antiguos americanos
lo llamaban "árbol de la vida". Y más o menos lo mismo
sucede con el mistol, cuyo fruto es un sucedáneo
del café, y se utiliza en dietética por su valor nutritivo. Parecidas virtudes
tienen el chañar
y otros árboles que abundan en El Impenetrable. Aunque el colmo del absurdo es
el palosanto, que desde el Siglo XIX es considerado el ébano americano y una de
las maderas más lujosas y caras del mundo. ¿Y qué se hace en la Argentina con
los palosantos que todavía quedan en Salta y el Chaco? Se los vende a China en
rollizos brutos. ¿Y qué hacen en China con nuestros palosantos? Elaboran los
más finos pisos de parqué para transatlánticos y yates de lujo. Mientras acá
nos estamos quedando sin palosantos, árbol que necesita entre 100 y 150 años
para desarrollarse.
Uno no puede dejar de preguntarse por qué son tan limitados los empresarios
argentinos. El comportamiento de la gran mayoría de los cuales es, por lo
menos, ofensivo para la inteligencia. La cual suele faltar también, está claro,
en el estilo patotero de los burócratas sindicales que suelen sentarse del otro
lado de las mesas, sí que también en algunas decisiones del gobierno y
prácticamente en todas las de la oposición.
Quizás por eso los muchos y
plausibles méritos del kirchnerismo —que no pueden ser negados ni por la
oposición más necia— obligan a puntualizar sus yerros en algunas áreas.
Desde ya que muchos lectores
pensarán que no ha llegado el tiempo de hacer estos balances, pero habemos
muchos ciudadanos convencidos de que ese tiempo en realidad nunca llega, porque
es y debe ser una constante. El señalamiento de errores a la par de aciertos,
sobre todo cuando se hace de buena leche, es una práctica que bueno sería
popularizar en esta república.
Dicho sea todo lo anterior porque
no somos pocos los que pensamos que el oficialismo, aún con las
mejores intenciones, suele meter la pata cuando se lanza con infantil
entusiasmo a acciones poco o mal pensadas, como el pésimo tratamiento del tema
Fayt, que sólo está sirviendo para victimizarlo.
Y es que no es constitucional que el Congreso
disponga el examen psicofísico de un ministro de la Corte Suprema de Justicia
sin promover antes su juicio político. Por lo tanto, todo lo que se intente al
respecto no dejará de ser un disparate jurídico voluntarista. Que incluso le
está sirviendo en bandeja al siempre gracioso, patético y contradictorio circo
opositor una nueva oportunidad de inventar un mártir. Es así como ayer
glorificaron a un fiscal que hoy es evidente que no hubiera superado un mínimo
examen moral, y ahora se excitan con esta especie de "Fayt somos
todos" que los lleva a reclamar cautelares para "proteger" al
provecto y casi centenario juez.
La locura parece generalizarse en la política
nacional, lo que de ninguna manera puede ser motivo de alegría para la
democracia.
Sobre todo porque en estos tiempos se están
manifestando a la vez cuatro condiciones fuertemente nocivas para esta república:
a) el oficialismo mete la pata cada dos por tres y no importa si con las
mejores inteciones; b) la oposición es incapaz de sensatez alguna y por eso, de
hecho, son los responsables de la parálisis en que está sumida la CSJ; c) las
burocracias sindicales continúan su escalada de golpismo (consciente o
inconsciente) ahora llamando a un absurdo paro nacional debido a un supuesto,
autofogoneado "creciente malestar" gremial; y d) la cada vez más
peligrosa agresividad de Clarín y La Nación, ya convertidos, sin eufemismos, en
el principal poder acosador del gobierno, e incluso de la democracia misma. •
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