Por un tormentón feroz que padecimos anoche, se me inundó la
casa y desde el amanecer estuve salvando libros y secando pisos. Nada del otro
mundo, en el Chaco todos sabemos que ni fue la primera ni será la última vez.
Pero el episodio
sirvió para volver a hojear, y ojear, muchísimos libros amontonados de mis
últimas lecturas, por lo menos el último año y pico. Llevo muchas horas
acomodando también, de paso, las parvas de libros recibidos y/o comprados que
quiero leer.
Entonces,
durante la tarea de secado y reacomodamiento, me reencontré con muchos
volúmenes ya leídos, dispersos en mesas y libreros o estibados en pisos y
pasillos, y se me ocurrió intentar la inauguración de esta sección.
Desde
luego, sé que no tendré tiempo de comentar libros —soy un lector serial, como
se diría ahora— pero al menos este Lecturario quizás sirva de acuse de recibo
de parte de lo que luego voy ingresando a la Biblioteca de la Fundación. Y también,
si acaso, podría ser estímulo de lectura para los seguidores de este blog.
Ojalá.
• Preciosa edición de "Don Segundo Sombra", de
Ricardo Güiraldes, con prólogo de Mario Goloboff e ilustraciones de Osvaldo
Svanascini. Para mí obviamente envejecida, seguirá siendo una novela de culto o
de cuestionamientos.
• "La pieza del fondo", de Eugenia Almeida,
publicada por Edhasa Argentina. Después de su primera, estupenda novela,
"Colectivo", esta interesantísima narradora cordobesa narra con
plenitud de atmósferas, ausencias y presencias inesperadas. A mí su prosa me
encanta.
• "The intimate lives of the Founding Fathers", de
Thomas Fleming (Harper, NYC). Un libro fascinante que si por mí fuera ya
estaría traducido y que recorre las vidas privadas y públicas de los padres
fundadores de los Estados Unidos: Washington, Franklin, Adams, Jefferson,
Hamilton y Madison. Algo así se está haciendo aquí, por cierto, y enhorabuena.
Acabo de leer la estupenda "Castelli" de Fabio Wasserman (Edhasa) que
va en esa misma línea.
• Ian McEwan, "Primer amor, últimos ritos"
(Anagrama). Yo había leído este libro hace años. Ahora volví a gozarlo.
"Fabricación casera" es uno de los cuentos más perversos que existen.
• "Requena" y "Andrade", dos nouvelles
maravillosas de quien es para mí uno de los más originales escritores jóvenes
de nuestro país: Alejandro García Schnetzer. Publicadas por Entropía, no se las
pierdan.
• De dos poetas y amigos, los estupendos "Los hijos de
los días" (Edit. Siglo XXI) de Eduardo Galeano, y "La vuelta al mundo
en 80 poemas" (Biblioteca Nueva, de Edit. Siglo XXI, Madrid) de Fernando
Operé.
• He ido leyendo varios libros de la colección económica de Anagrama
y Página/12: "Loco afán" de Pedro Lemebel; "Mi hermosa
lavandería", de Hanif Kureishi; "Una belleza rusa", de Vladimir
Nabokov. Y lo mejor en mi opinión: los cuentos de "Relatos de lo
inesperado", de Roald Dahl. ¿Quién dijo que Dahl era sólo autor de libros
para niños?
• Leo siempre con interés la producción de mi amigo Orlando
van Bredam: "Colgado de los tobillos" (la historia del Gauchito Gil)
y "Rincón Bomba" (Lectura de una matanza), ambos por Librería de La
Paz, y están bien. Aunque a mí Orlando me gusta más en sus agudas minificciones
o en novelas como "Teoría del desamparo", Premio Emecé 2007.
• Releo siempre, y ahora adoro salvarlos del agua, los
poemas exquisitos de quien considero una de las mejores poetas en castellano de
este tiempo: la salmantina Mariángeles Pérez López, a quien sigo atentamente
desde hace una década. Sus "Catorce vidas (Poemas 1995-2009)" y la
más reciente "Atavío y puñal" son sencillamente admirables. Una poeta
que es una pena que se la conoce poco en la Argentina. Búsquenla en internet.
• También leí en estos últimos meses: "Aviones de papel"
(Monte Ávila), cuentos de la joven narradora venezolana Marianne Díaz
Hernández. E "Historia del mago y la mujer desesperada"(Palabrava),
cuentos del gran narrador santafesino Carlos Roberto Morán.
Y aquí me detengo, para no aburrirlos. Capaz que sigo con
estos apuntes mañana o pasado.
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