Lecturario # 64. Casadio, Rodríguez Villafañe, Suárez, Pita
Un buen amigo y mejor lector me pregunta, en email privado, por qué mis Lecturarios son mayoritariamente elogiosos y jamás condenatorios. Mi respuesta es simple: prefiero comentar libros que me agrada leer y que pienso que mis lectores querrán compartir. Y si no, pues no. Tan simple como eso.
Pero valga una reflexión: esta serie de opiniones literarias que ya lleva algunos años, es obvio que no encuadra en la crítica periodística ni en la académica, que en mi opinión tienen senderos prefijados: la una pretende distanciamientos y sobriedad que no siempre logra, lo que es lógico porque l@s periodistas o son escritor@s o quieren serlo y se andan con mucho cuidado salvo que deseen destruir a alguien o estén al servicio de medios o editoriales que les pagan por sus notas. Y la otra, la académica, se rige por otras tradiciones, que exigen análisis estructurales, lingüísticos, comparativos, históricos y muchas veces más formales que significantes. O sea que responden a diferentes reglas de divulgación: la primera con ligereza y sometida a intereses extraliterarios, o sea de mercado; y la segunda en general con vocación de encierro en claustros (nunca tan bien aplicado el sustantivo).
En cambio lo que yo hago aquí es infinitamente más simple y cero pretencioso: estos textos –en mi blog o en FB– son sólo apuntes de lecturas que despertaron en mí algún interés y entonces quiero compartirlos. Nada más.
•Una encantadora y a la vez triste novela que leí este mes y me encantó es "El niño del tren", de Paolo Casadio. Es la historia de un jefe de estación ferroviaria en la Italia fascista, que en 1935 llega, con su esposa embarazada y un perro, a hacerse cargo de la estación de Fornello, un pequeño pueblo de la Romagna montañosa en la que meses después nace su hijo, Romeo, y son felices en un ambiente bucólico, sereno y de ardua belleza. Pero donde años después, circa 1943, empiezan a pasar también trenes cargados de familias prisioneras –judíos, gitanos, antifascistas– con destino a campos de concentración. Todo cambia a partir de la mirada de una niña judía de nombre Flavia que incita a Romeo y su familia a descubrir que aun cuando el mundo cambia brutalmente son posibles el amor y la poesía. Una novela transparente, conmovedora, de suave y deliciosa lectura (Edhasa, serie marrón).
• Con el título "Crimen de crímenes (genocidios 1904-2005)", el distinguido jurista y ex juez federal de Córdoba, Miguel Rodrìguez Villafañe, ha organizado un libro conmovedor acerca de las infinitas posibilidades del odio, la violencia y el asesinato masivo como conductas más condenables de la humanidad.
Ha tomado siete casos de persecuciones masivas a pueblos perseguidos por sinrazones de raza, etnia, religión o nacionalidad. Siete casos emblemáticos que, patéticamente, no fueron los únicos del bestial siglo 20 cuyos ecos todavía resuenan en la conciencia impura de nuestro planeta.
Con información precisa y prosa firme, Rodríguez Villafañe expone las tragedias de diversos pueblos: los Hereros y Namas en el África Suroriental Alemana (hoy Namibia) entre 1904 y 1907; los Armenios, Asirio-ciríacos y Griegos en el imperio Turco Otomano (1915-1923); la hambruna ucraniana durante el estalinismo (1932-1933); el holocausto nazi a los pueblos judío y gitano (1933-1945) y las más recientes en Camboya, Guatemala, Burundi, Ruanda, Bosnia y Sudán.
Sin dudas es un libro doloroso, de durísima lectura. Pero necesario para apuntalar esa memoria de la humanidad que debe guardar toda buena biblioteca. (El Emporio Ediciones).
• Quienes leen estos Lecturarios ya saben que hay autor@s que sigo porque me interesa la progresión de sus obras, pero también por razones afectivas. Es el caso de la narradora cubana radicada en Lisboa Karla Suárez, amiga y colega que leo y respeto porque es la clase de narrador@s que ponen a la literatura y su vocación de narrar por encima de todo lo que existe en este mundo. Lo que ahora compruebo una vez más con su última novela: "Habana año cero". con la que en 2012 recibió el premio Carbet del Caribe y el Gran Premio del Libro Insular, en Francia.
En esta novela el disparador es tan sencillo como seductor: el inventor del teléfono no fue Alexander Graham Bell, como siempre se ha creído, sino un oscuro inventor italiano llamado Antonio Meucci (1808-1889), residente casi toda su vida en Cuba. Pero la novela es mucho más que eso; en realidad es un recorrido por los momentos más dramáticos de la historia contemporánea, los años 90, durante los cuales la narradora –posible alter ego de KS, aunque éste es un dato irrelevante– vive su despertar al amor, a los sueños y a las hipocresías, enredos y falsedades del mundo adulto. Con dosis de humor del bueno, y con su prosa habitualmente llana y precisa, Karla Suárez nos brinda otro plato recomendable. (Ediciones Unión).
· Con "El rincón de los muertos" Alfredo Pita, laureado narrador peruano residente en París, recorre la violencia en su país en los años 80 y 90 del siglo pasado. La impunidad, la sinrazón, las miserias de la política son revividas literariamente en la épica –la tragedia– de una nación que desde la conquista española ha sufrido quizás como ninguna otra en América.
Perú duele y grita en este libro en el que un narrador entre conmovedor y patético recuerda a Rafa y a Luis y a Max, nombres que desfilan como tantos otros personajes entrañables y clarososcuros en el relato de una trama sin salida, una tragedia que funciona desde la literatura como el relato de otro desesperado e implacable acusador (émulo de Emile Zola en su célebre defensa de Alfred Dreyfus), delineando así una de las más duras denuncias latinoamericanas contemporáneas.
Novela de ardua lectura, por momentos agobiante aunque está escrita con solvencia y preciosismo, aventuro la idea de que con el tiempo puede llegar a ser otra lectura imprescindible para comprender el Siglo 20 latinoamericano. (Textual Pueblo Mágico).
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