No sé si a ustedes les pasa,
pero a mí las antologías de cuentos, y sobre todo si son gordas, me generan una
leve desconfianza. Será porque leí tanto cuento en mi vida, o quizás porque
hace veinte años al cerrar mi revista "Puro Cuento" me sentía,
además, fatigado absolutamente. Lo cierto es que simpatizo con los libros de
cuentos más bien pequeños, que más allá de sus valores literarios a mí me
parecen ofrendas más amables y accesibles. Pienso por ejemplo en libros maravillosos
como "Relatos de lo inesperado" de Roald Dahl que leí el año pasado y
que ahora no encuentro a mano. O clásicos que para mí son joyas, como "El
llano en llamas" o "Final de juego" o "El aleph" y
también "Ladrón de caballos", de Erskine Caldwell y tantos más.
Bueno, todo esto viene a cuento de la "Antología del
cuento mexicano de la segunda mitad del Siglo XX", un notable y extenso
trabajo de Mario Muñoz, catedrático de la Universidad Veracruzana. La edición,
algo modesta, es un conjunto abigarrado de cuentos ya clásicos de esa decisiva
narrativa mexicana en la que yo también me formé, durante los años del exilio.
Junto a célebres cuentos de Juan Rulfo, Edmundo Valadés, Juan José Arreola y
Carlos Fuentes, deslumbran algunos textos magistrales como "El
anillo", de Elena Garro, y "Los nombres no olvidados", de Sergio
Pitol. No es fácil conseguir este libro en la Argentina, pero si viajan a
México búsquenlo. Es lo que podría llamarse "una antología
necesaria".
• Hablando de cuentos, y de
brevedades, acabo de saborear "Fenómenos de circo", de la siempre
asombrosa Ana María Shúa, narradora todo talento, gracia y sentido del ritmo
(Emecé). Maestra incomparable del cuento breve y brevísimo, la querida Ani,
como le decimos sus amigos, desborda gracia y maravilla en este libro
delicioso, que está en la misma línea de sus ya clásicos "La
sueñera", "Casa de geishas", "Botánica del caos" y
"Temporada de fantasmas". Libros fabulosos todos, aunque quizás éste
sea el mejor. Por madurez y aplomo narrativo, si estos son valores literarios y
yo creo que sí lo son. Quien todavía no haya leído los microcuentos de Shúa,
¡vaya ahora mismo a leerlos y después me cuenta!
• La lectura de "Los
pasajeros del Anna C", de Laura Alcoba (Edhasa), me dejó un sabor
contradictorio. Es una novela muy interesante, basada en la historia verídica
de revolucionarios que se entrenaron para la lucha armada en Cuba hace cuarenta
años, y luego regresaron al continente. Está muy bien narrada y reafirma a la
colega en una perspectiva peculiar, inusual para la literatura argentina. Pero
no tiene la contundencia narrativa que mostró esta autora en su primera, conmovedora
novela "La casa de los conejos", para mí un texto a la vez conmovedor
y durísimo.
• "Los otros son más
felices", de Laura Freixas, es una novela de iniciación que transcurre en
la Cataluña de los años 70. Es la historia de una muchachita de catorce años
que es el pariente pobre de una familia muy esnob y llena de prejuicios. Como
en todo lo que escribe Freixas, el punto de vista y el mundo íntimo femenino
relucen en una escritura precisa y plena de detalles sabrosos. Una novela muy
recomendable de la gran narradora española. (Destino).
• "Bangladesh, tal
vez", de Eric Nepomucemo (Almadía, México). Otro impactante libro de cuentos
del gran periodista y narrador brasileño, compañero en el exilio hace añares y
también en el diario Página/12 y en la vida. Terminé de leer el libro con
la boca seca, impresionadísimo por algunas historias de guerra y muerte, tan implacables
como bien contadas. Y también por otros cuentos adorables, como "Cuarenta
dólares", "La incompetencia del destino" y "Un barón no
miente, envejece". Párrafo aparte merecen las estupendas traducciones,
debidas a Eduardo Galeano, Héctor Tizón, Maricela Terán y Santiago Kovadloff,
entre otros, y también del propio autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario