Aviso por los comentarios

AVISO: Es probable que en algunas redes sociales existan cuentas, muros o perfiles a mi nombre. NADA DE ESO ES VERDADERO.

Las únicas 2 (dos) vías de sociabilidad virtual que manejo son este blog y mi página en FB. Ninguna otra cuenta, muro o perfil —en Facebook, Twitter o donde sea— me representa. Por lo tanto, no me hago cargo de lo que ahí puedan decir o escribir personas inescrupulosas.

martes, 31 de julio de 2012

Héctor Tizón ha de andar por ahí


Desde ayer, con la noticia de la muerte de Héctor Tizón, me siento bajoneado, con miedo. Cuántos grandes se nos murieron este año, carajo, cuántos amigos.
   Con Héctor y Flora hemos pasado momentos deliciosos, en el exilio y el desexilio, en España y en Jujuy. Nunca pudo venir al Foro en el Chaco. La última vez, hace tres años, comimos un locro memorable en un restaurante del centro jujeño. Esas cosas.
   Tipo fino, elegante, mesurado, siempre de traje y corbata. Y un escritorazo.
   Desde que leí "Fuego en Casabindo" y "El cantar del profeta y el bandido", cuando yo era un jovencito lleno de lecturas, supe que era un grande. Después, a la amistad se sumaron "La casa y el viento", sus cuentos de "El gallo blanco", "La mujer de Strasser".
   Ganas de joder, las que tiene la Muerte.

miércoles, 18 de julio de 2012

Sueño chúcaro y ordenamiento de bibliografía


Anoche soñé un enojo conmigo mismo: tengo dos novelas casi terminadas y algunos cuentos para otro libro, pero no los termino. No ofrezco nada nuevo a ningún editor. No participo de concursos. Sólo unos pocos colegas han leído estos textos, y el entusiasmo que manifestan, y el aliento que me dan, no quiebran mi inacción. Despierto angustiado.
            El sueño es tan real como que no sé qué voy a hacer. Está por salir en estos días la reedición de VISITAS DESPUES DE HORA por Ediciones B y yo estoy como paralizado. Edhasa continúa publicando mi obra anterior. Y Capital Intelectual acaba de lanzar ASI SE ESCRIBE UN CUENTO y prepara la reedición de EL GENERO NEGRO. Pero yo acá, sin obra nueva y con dos novelas que no termino. Es para matarme. O como diría mi viejo: para darme una buena patada ahí atrás.
            Ahora pienso, de súbito, que quizás posteo esto no tanto por ustedes, amigos y amigas que leen este blog, sino para ver de qué modo quebrar la inacción.
            Por cierto, algunas personas suelen preguntar por el estado editorial de mis libros: cuáles se consiguen en librerías argentinas; cuáles no. Así que aprovecho, agradecido, para ordenar bibliografía. Quizás a alguien le sirva.

Libros que se consiguen en librerías argentinas:
Luna caliente (Edhasa)
Santo Oficio de la Memoria (Edhasa)
Final de novela en Patagonia (Edhasa)
Imposible equilibrio (Edhasa)
Soñario (Edhasa)
El cielo con las manos (Ediciones B)
El décimo infierno (Ediciones B)
9 historias de amor (Ediciones B)
Cartas a Cristina (Ediciones B)
Así se escribe un cuento (Editorial Capital Intelectual)
Luli una gatita de ciudad (Alfaguara infantil)             
Celeste y la dinosauria en el jardín (Alfaguara infantil)
Celeste y el girasol (Alfaguara infantil)
Cuentos con mi papá (Alfaguara infantil)
Valeria y el pobre miedo (Editodial Guadal)
Valeria y el misterio de la poesía (Editodial Guadal)

Libros que están por reeditarse en los próximos meses (2012):
            Visitas después de hora (Ediciones B)
            Valeria y la yarará buena (Editodial Guadal)
            El género negro (Editorial Capital Intelectual)
            La revolución en bicicleta (Edhasa)
           
Libros que siguen fuera de circulación:
Qué solos se quedan los muertos
Cuestiones interiores
El cheruvichá
Vidas ejemplares
El castigo de Dios
Estación Coghlan
Gente rara
Volver a leer

Qué enormidad y qué paradoja. Juanito Rulfo nos decía que había que publicar poco para no arrepentirse mucho. Yo no supe hacerle caso. Y encima ahora tengo dos novelas en barbecho y un libro de cuentos idem.
            A veces los sueños alborotan más que lo que ilusionan. Entonces no queda otra que trabajar como enajenado. •

sábado, 14 de julio de 2012

Sobre Imposible equilibrio


Me llegan dos cartas de lectores.
Hola Mempo. Lo descubrí hurgando en los estantes de la biblioteca de mi pueblo, es algo modesta, pero siempre voy en busca de algún libro que me reconforte el alma. En esa incesante búsqueda me topé con “Imposibe equilibrio”, un libro que me llegó al corazón, como ninguno lo había hecho hasta ahora. Debe ser la combinación de ese humor espléndido, de esos personajes que se presentan al lector y se alojan en su memoria para no irse más, porque yo no me olvido de Rafa, con sus principios de fierro, sus convicciones, su honor y ese tipo de conducta intachable; ni me olvido de Marin y sus comentarios tan graciosos, como tampoco de los fachos “hombres de derecho”, y ni que hablar de Frank (con su “Biutiful bichitos”). Todavía me siento ante la mesa del bar “La estrella” escuchando las largas conversaciones entre sus ocupantes, sus largas peroratas acerca de los hipopótamos.
            Este libro me llegó al corazón porque hay allí ingredientes que alimentan un mensaje muy esperanzador. El humor y “el maravillante desequilibrio” al que se refiere Rafa, el que nos lleva a aferrarnos a ciertos valores que todavía le dan sentido a la vida, como el amor, la amistad (Rafa y Cardozo nunca le soltaron la mano a sus amigos, mientras que los demás que decían serlo, en la primera de cambio los dejaron solos), y la ¡Literatura!, sobre todo la literatura. A pesar de que el mundo sea decadente, que hay estafadores, gente que pierde la dignidad por unos minutos en televisión, que los medios  construyan circos patéticos en donde el mundo parece ser un caos permanente y la visión apocalíptica de la gente aumente cada vez que enciende ese aparato estupidizador; a pesar de todo esto hay una contracara, un asidero. Y en mi vida ese asidero lo constituye sobre todo la literatura, en eso estoy absolutamente de acuerdo con usted. No creo ser un lector experimentado, para nada, eso está muy lejos de mi, pero siempre que cae en mis manos un libro que me revuelve los sentimientos, que me conmueve profundamente, que me golpea en lo hondo y me hace reflexionar, siempre que sucede eso se abre un nuevo camino para el crecimiento personal.
            Por eso le escribo estas palabras, Mempo. Gracias. Nicolás B. (de un pueblo del interior bonaerense)

Estimado:
 Soy un ávido lector, viajero y ya retirado de toda actividad (tengo 68 años y ya no trabajo por diferentes razones). He leído muchas cosas de usted, sus artículos en diferentes diarios y algunas novelas (…) La razón de este mail es solo expresarle el placer que he sentido al leer su última novela, “Imposible equilibrio”. Es uno de los libros mas hermosos que he leído en los últimos tiempos. Soy un amante de los clásicos y rara vez leo novelas de actualidad. Este año, por ejemplo, lo he dedicado a releer casi toda la obra de Gide y de Boris Vian, algo de Anatole France, la novela de Littell, tan promocionada como interesante, y algunas otras cosas. Sin embargo ninguno de esos libros me ha deparado el enorme placer que sentí al leer su novela.       
           Hacía mucho que no me ocurría desear que el libro no terminara para seguir disfrutándolo y, al mismo tiempo, la curiosidad que me despertaba el argumento me impelía a continuar leyéndolo donde estuviera. No podía dejarlo. 
La razón de este mensaje es solo felicitarlo por ese Chaco que me ayudó a descubrir y agradecerle todas las sensaciones que su lectura me regaló. No espero una respuesta, pero sí desearía que se enterara que tiene un admirado lector en esta Argentina que compartimos con esa mezcla de dolor y alegría que su novela refleja.
            No suelo escribir a escritores que admiro, solo dos veces sentí esa necesidad. Hace unos años escribí a Tahar Ben Jelloun y ahora a usted.
Es posible que no tenga tiempo de leer éstas líneas. No importa, allí quedarán hasta que llegue el momento, mientras tanto me queda la satisfacción de haber cumplido con la necesidad que tuve de hacerlo. Un escritor escribe para que lo lean, yo escribo esto con la esperanza de que usted lo lea pero más buscando una manera de expresar mis sensaciones, casi conversando conmigo. 

            Lo saluda afectuosamente. Carlos A.F. (no dice de dónde es)

viernes, 6 de julio de 2012

Mi nota de hoy en la revista Debate


México: el bolero de la tragedia

No tiene sentido hablar, en una breve nota de opinión como ésta, de lo que ya se sabe: en los comicios del domingo pasado, México eligió como nuevo presidente a un hombre joven y guapo (Enrique Peña Nieto) con más pinta de actor que de político y evidente dependencia de, por lo menos, los medios dominantes y el mundo de la farándula.

Para un país de más de cien millones de habitantes, el más populoso de habla castellana en el mundo, y con una historia —y un presente— violentos hasta el hartazgo, este futuro presidente al que llaman "el Luis Miguel de la política" no parece asegurar una perspectiva de mejoramientos sociales como los que son urgentes en esta nación. Con todavía un 30 % de su población analfabeta, con enormes bolsones de pobreza en choque abierto con las más grandes fortunas de Latinoamérica, y la amenaza de un incontenible Narcopoder, México hace un siglo que es un polvorín. Quién lo hará estallar ahora no se sabe. Pero que no lo apaciguará este joven de apariencia frívola e ignorancia probada es casi seguro.

Producto de un partido arcaico que durante 70 años en el poder traicionó sistemáticamente las esperanzas de la Revolución Mexicana (1910-1920), Peña Nieto tiene ante sí un camino espinoso, ineludibles retos y un futuro incierto. En primer lugar y desde ahora mismo, al cierre de esta nota, confirmar su triunfo, puesto en duda por el candidato al que venció, el duro y empecinado centro-izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

AMLO, como se le conoce, es el ex jefe de gobierno de la capital mexicana, una megalópolis de 24 millones de habitantes a la que práctica y verdaderamente le cambió la cara y la modernizó al punto que se granjeó un fuerte favor popular. Lleva varias elecciones triunfando holgadamente en el Distrito Federal, y esas son sus razones de peso para reclamar el recuento de votos, como ya lo hizo en 2006 ante el actual presidente Fernando Calderón (quien lo superó por sólo el 0.5% de los sufragios). Ahora AMLO ha logrado que el tribunal electoral ordene revisar casi el 60% de las urnas, lo que podría dar vuelta el resultado. Algo que yo no descartaría.

El clima de sostenida violencia, la inseguridad pavorosa, la corrupción que cala desde hace años todos los estamentos del sistema político-económico-social, son síntomas abrumadores de peligro. En comparación, la publicitada inseguridad local y la media docena de casos más sonados de corrupción argentina, son algo así como un juego de niños. E incluso la corporación mediática azteca, maestra interpares, deja chiquitos a grupos como los de nuestras pampas.

En ese contexto, México asistirá todavía y en los próximos meses, a un zarandeo que, en mi opinión, impide que Peña Nieto pueda bailar todavía la danza de la victoria, a menos que sepa renguear muy bien y se sostenga tambaleante en el bastón mediático.

Por eso para la mayoría de los observadores no cooptados por los sistemas de medios dominantes, Peña Nieto no deja de parecer un monigote bonito manejado desde la más grande corporación televisiva privada de habla castellana. Y frente a él AMLO es, aunque se confirme su derrota, lo que ya se sabe desde que en 2006 se plantó al no reconocer al presidente Calderón: un hueso durísimo de roer.

Para quienes, como este cronista, amamos México desde que cobijó a decenas de miles de argentinos y latinoamericanos en tiempos de dictaduras, la tragedia azteza parece no tener fin. Y una vez más el bolero, ritmo emblemático como el tango para nosotros, en este caso puede estar todavía prenunciando más tragedia, antes que flamante felicidad. •