NOTA 4 - Sábado 9 de Octubre
Con Filmus —viejo amigo mío— salimos a caminar por Frankfurt. Recorremos la vera del río Meno, preciosa, limpia y ordenada, y luego erramos por el centro comercial de la ciudad, que es una especie de enorme shopping abierto, con las calles arboladas de álamos jóvenes y pavimento adoquinado. Aquí a la practicidad le unen belleza, al comercio funcionalidad. Maestros, los alemanes.
Nuestra larga caminata desemboca, casi tres horas después, en la Feria. Debo participar de una mesa sobre la literatura del exilio, en la que debería estar Vicente Battista conmigo pero no estará. Se ha ido desde la mañana a conocer Heidelberg con otros colegas. Me pareció buena idea, conozco esa ciudad y realmente vale la pena. Está a hora y media de tren, y quién sabe a qué hora regresarán. Cuando desayunamos le pedí que se ocupara de avisar a la organización, y ya veré al llegar si se cancela o si tengo que remar solo.
A la hora anunciada hay bastante público en el estand. De manera que arranco solo. Hablo del exilio como parte de la tragedia argentina, su vigencia literaria desde el Siglo XIX y las características del pasado reciente. Evoco el para mí estéril pero sabroso debate de los primeros tiempos de la democracia, cuando aquella competencia entre "los que volvíamos" y "los que habían permanecido". Hablo de Osvaldo Soriano, Daniel Moyano, Antonio di Benedetto, Humberto Costantini y otros autores que protagonizaron el desexilio. Menciono mi libro "México: el exilio que hemos vivido" que escribí con Jorge Luis Bernetti y publicó la Universidad Nacional de Quilmes en 2003 y en el que nos ocupamos de los aspectos políticos y sociales de la vida exiliar. Señalo también la extraña paradoja de que la trama de mi primera novela ("La revolución en bicicleta") gira en torno de un exiliado y su vida y sus sueños en la transterración, asuntos que trajiné cuando yo mismo no sabía que me esperaba un destino similar. Y acabo mencionando que en materia ficcional la escritura extramuros me deparó escribir cuatro novelas de exilio: "El cielo con las manos", "Luna caliente", Qué solos se quedan los muertos" y "Santo Oficio de la Memoria" que cierra la saga.
Terminadas las preguntas del público, nos vamos con Daniel a escuchar la entrevista a Juan Gelman que en el Pabellón Argentino, en el otro edificio, le hacen Patricia Kolesnicov y Osvaldo Quiroga.
Mucho público, el auditorio a reventar y un montón de gente sentada en el piso. Juan delicioso, como siempre, haciendo gala de su filoso sentido del humor y con una ironía feroz que por momentos descoloca a ambos entrevistadores. Quienes sin embargo sortean el desafío con oficio y simpatía, todo lo cual crea un lindo clima a la charla. No hay tema que no se toque, aunque quizás hay menos materia poética que la que algunos esperábamos. La mayor tensión se produce cuando se abordan asuntos íntimos de la vida de Juan, como la recuperación de su nieta uruguaya o la condena de los Montoneros. La velada se cierra con un prolongado aplauso de pie, y Juan emocionado.
A la noche, y para celebrar el cumpleaños de uno de los miembros del grupo, algunos nos vamos a comer a la Dom/Römer Platz, donde alguien descubrió un restaurante alemán de salchichas y cerdo asado que luego todos juzgamos excelente. Integran el grupo Diana Bellesi, Tamara Kamenszain y varios de los que hoy visitaron Heidelberg y fueron ya mencionados en estas crónicas.
Luego, a dormir. Mañana esto termina, y en cierto modo empiezan las despedidas. Sospecho que todos/as sentimos una cierta nostalgia anticipada.
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