http://buenosairesherald.com/article/182598/18f-march-and-fine-words-gone-astray
Y en castellano en el diario Página/12:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-266692-2015-02-23.html
La marcha del 18 y el extravío de los vocablos
La marcha del 18 fue numerosa.
Se pueden discutir el oportunismo de unos cuantos fiscales deslucidos y el de
sus mandantes. También el de políticos y dirigentes que debieron meter violín
en bolsa y enhorabuena. Pero lo que más llamó la atención fue la impresionante
marea de personas muy mayores —hubo poquísimos jóvenes— y el extravío de los
vocablos pronunciados.
Todo por el desdichado Alberto
Nisman, un fiscal poco brillante en vida, que tuvo en sus manos un asunto que
no quiso, no supo o no pudo llevar adelante, paralizando la causa judicial más
trascendente que tuvo este país. Que ya venía empiojada por el juez Juan José
Galeano, expulsado del paraíso judicial después de 10 años de arruinarla. Los
siguientes 10 años estuvieron en manos del pobre Nisman, que acabó suicidándose
acaso por miedo, amenazas, vergüenza o desesperación, o bien lo asesinaron al
estilo Jean Reno en la memorable "El profesional" de Luc Besson,
curiosamente filmada en el mismo aciago año 1994.
Dizque la marcha era "en
homenaje" a este joven abogado judío al que todos los sobrevivientes y
parientes de víctimas de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, casi
sin excepción, repudiaron una y otra vez acusándolo de congelar las
investigaciones. Pero no se hacen homenajes desde el odio y el resentimiento.
Las consignas eran todas representativas
del odio artero, frío y calculado que han sabido inocular los verdaderos
convocantes, o sea los multimedios antidemocráticos. Las repitieron
sistemáticamente los miles de marchantes, por lo menos un cuarto de millón de
personas, lo que no es desdeñable y sí es, guste o disguste, un número
impactante. Que motiva esta reflexión.
Porque lo que más se
reclamó fue "Justicia", y uno se pregunta entonces a qué se referían.
Porque la enorme mayoría de los marchantes comparte los frenos y el boicot a
toda renovación y democratización de la Justicia en la Argentina. Se opusieron
a las seis leyes sancionadas por el Congreso, mantienen estructuras y estilos
del Siglo XIX, boicotean la integración de la Corte Suprema de Justicia (que de
siete miembros pasó a sólo cuatro, y dos de ellos cada vez más cuestionados: el
casi centenario Fayt y el gelatinoso presidente Lorenzetti). Y así han logrado
que la administración judicial argentina sea, hoy, ineficiente, lerda,
clasista, acomodaticia, formalista y seguramente más corrupta que nunca antes.
Bueno, lo que más se pedía en la marcha era "Justicia". ¿Cuál?
Otra consigna que repetían
los manifestantes —la mayoría gente bien, gente de pro como se decía antes a
las personas tranquilas y cumplidoras, ahora furiosas y apenas contenidas— era
"Basta de impunidad". Curiosa, inexplicablemente se lo reclamaban al
gobierno que ha impulsado consistentemente más de 1.000 juicios por causas de
lesa humanidad, quebrando así la impunidad de que gozaban miles de militares, policías,
empresarios y sacerdotes. Y que llevó a la cárcel a Videla, Massera, Menéndez y
centenares de genocidas y apropiadores del autodenominado "Proceso".
Bueno, lo otro que más se reclamaba en la marcha era acabar con la
"impunidad".¿Cuál?
Casi todos acusan al
gobierno nacional —como hoy es moda—de ser "una Dictadura" y
reclamaban por la "Libertad de Expresión". Curiosísimo era ver tal protesta
antidictatorial en una manifestación multitudinaria en la que no había peligro
alguno de represión, y con todos marchando en ejercicio de una libertad de
expresión absoluta, como jamás antes disfrutó generación alguna en este país. Y
otro epíteto a la moda también acusatorio era "Régimen". ¿Cuál
Dictadura, cuál Régimen, cuál Libertad de Expresión?
Y por supuesto, la "Corrupción"
como cereza en la crema. Se resisten a los cambios en la SIDE, ese paraíso del
espionaje, el secreto y la mentira, formas corruptas por esencia. En las redes
sociales y en los viles comentarios de los odiadores de pasquines, y en Féisbuc
y en el viscoso Tuíter, utilizaron, antes y después de la marcha, el vocablo
"corrupción" hasta el hartazgo. Como si fueran, tan luego ellos,
Cruzados de la Transparencia Republicana. Habría que ver cuántos marchantes,
cuántos jueces y fiscales, cuántos presidenciables y cuántos dirigentes
políticos y sindicales del 18 tienen los calzones y las cuentas limpias, ya no
hablemos de sus conciencias, que muchos capaz que ni la tienen. Así es la
lógica del corrupto, como nos enseñaban de niños: para el corrupto y el ladrón,
todos son de su condición.
Pero ahora hacen de ese vocablo,
bandera. Con la que llenan de sospechas a la ciudadanía decente, y sobre todo a
los que no somos kirchneristas tiempo completo ni mucho menos soldados K.
Vuelan acusaciones de acomodos y supuestas dádivas, de prebendas y salarios ocultos
del poder. Nos tocan diariamente esas infamias y tenemos que andar
esclareciendo las cosas incluso ante amigos y colegas que hoy pisan otras
veredas. Y ante quienes debemos humillarnos para aclararles que ningún centavo
de nuestras casas se originó jamás en otra fuente que el trabajo. Y además
tienen las entendederas cortas. No pueden comprender que lo que uno dice y
escribe es lo que uno piensa.
Hace dos semanas escribí
que el Sr.Stiuso iba a mentir, incluso por profesionalismo. Miren sus
declaraciones ante la Fiscal Fein: cuatro páginas para no decir nada de 42 años
de servicio y 20 de ellos ensuciando la causa AMIA e incluso al pobre Nisman.
Insustancial y evasivo, típico nosabe-nocontesta, también en la fiscalía habló
en secreto y se fue del país de inmediato. De esa corrupción, en la marcha no
se escuchó ni un suspiro.
Lo más descorazonador es
que esas buenas almas no se dan cuenta de sus nobles preocupaciones
confundidas, y así se preparan para votar en Octubre a Massa, Macri, Binner,
Sanz o Cobos, a quienes no se les cae una palabra de lo que van a hacer si
llegan—Dios no lo quiera— a ser presidentes de esta nación.
No hablan de sus planes
económicos. No dicen que van a recortar empleos y bajar salarios y jubilaciones
como hicieron Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy cuando rebajaron el 13%.
No dicen que van a volver a privatizar y tercerizar y malvender el patrimonio
nacional dejando en la calle a millones de argentinos. Y no se avergüenzan
cuando dicen, como Macri, que hay que pagar todo y ya a los fondos buitres.
Y es que decir las
palabras significantes sería para ellos sinceridio político. Por eso siguen
mintiendo. Corrompiendo las palabras. Mientras organizan, de la mano de sus
marionetistas, otras marchas dizque republicanas. Las que todavía veremos.•
No hay comentarios:
Publicar un comentario