* Leo con agrado "Deshacer el amor",
antología de cuentos cubanos contemporáneos organizada por Alex Fleites y
editada por la Universidad Veracruzana (que, por si no lo saben, con sede en
Xalapa es una de las mejores casas editoriales de México).
Mi
agrado no es por el amor deshecho, desde luego, sino por la felicidad que
producen los siete cuentos que integran esta estupenda antología. Allí están
los mejores, entre ellos algunos amigos entrañables. Ya conocía el cuento de
Senel Paz, que es una joyita, y ahora me rindo también ante la deliciosa
"Amada Luna" de Leonardo Padura, el "Paseo por el Malecón"
de Reinaldo Montero y el notable relato de un autor que no conocía hasta ahora:
Luis Manuel García Méndez. No es un libro fácil de conseguir en Argentina, pero
vale la pena buscarlo.
* Libro raro, de ardua
lectura, es "Las fauces del abismo", de Ignacio Padilla. Colega y
académico admirable, convivimos como jurados una semana en Bogotá el año pasado
y allí me obsequió este libro, que demoré unos meses en leer. Y qué bien la
demora, porque no es un libro para deglutir de volada sino que exige una
detenida atención, acaso una cierta competencia lectora. Son cuentos sobre
invenciones, monstruos, bestias, hallazgos, espejismos y ejercicios de alquimia
en los que, al menos para mí, no importan tanto la desbordante imaginación de
Padilla como el bruñido de su prosa exquisita, casi perfecta. (Oceano).
* "Conversaciones con Daniel Moyano. Viaje
alrededor de sus mitos", es el título de un libro de Juan Croce, de
apariencia modesta pero con buena pulpa. Durante el breve, fugaz regreso del
inolvidable escritor riojano a Córdoba, luego de la dictadura, su amigo lo
recupera en fragmentos de cuentos y novelas, anécdotas y recuerdos. Con encanto
y afecto, muestra a un Daniel Moyano (1930-1992) auténtico.
Reconocí
en este libro las inmensas ganas de volver y el inmenso miedo que tenía Daniel,
a quien conocí en Madrid a fines de los 80, conflicto que no pudo resolver y
así al final se fue quedando. Esto se aprecia también en la entrevista que le
hice para Puro Cuento e incluí en mi
libro "Así se escribe un cuento". Pero este libro de Croce desató en
mí, además, la sensación de pena y fastidio porque hoy casi no se lee la obra
de este escritor excepcional, dueño de un mundo imaginario único y
sorprendente, a quien —para variar— el canon argentino sigue ignorando. Autor
de cuentos memorables ("Tía Lila" sigue siendo mi favorito) y de
novelas fundamentales como "El Oscuro", "El trino del
diablo", "Libro de navíos y borrascas" y "Tres golpes de
timbal", el silencio al que parece hoy condenado es simplemente absurdo.
(Ediciones Rosa Rosarum, Córdoba).
* Leo dos libros de John
Saldarriaga, periodista y narrador de Medellín, donde trabaja en el diario
"El colombiano". El primero se titula "Vida y
milagros" y tiene un tono obviamente
periodístico que deviene, claro, de su experiencia como cronista y es, en mi
opinión, su mejor registro: original, buen observador, incisivo y hasta audaz
en sus conjeturas. Leí con especial interés este libro, en el que
encontré una inesperada, cálida y fascinante serie de artículos sobre Gabriel
García Márquez, su entorno, sus amistades de infancia y cómo lo recuerdan en su
pueblo, Aracataca.
Menos
atractivos me resultaron los relatos ficcionales del otro libro, "El alma
de las cosas", entre fantásticos y animistas pero, para mi gusto, menos
convincentes. (Universidad Pontificia Bolivariana).
* Recibo y leo también "La otra dimensión.
Literatura Infantil y Juvenil: escrituras y experiencias", de María Luisa
Miretti, quien dirige la Maestría en Literatura para Niños, de la Facultad de
Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Luchadora incansable
por la promoción de la lectura y maestra de varias generaciones de mediadores y
especialistas en la llamada "LIJ", aquí trata algunos temas
interesantes como la cuestión del héroe y cómo disfrutar esta literatura, aunque
la mayor parte del libro es una especie de antología de entrevistas breves o
fragmentos, algo desparejos, a más de treinta autoras y autores del género
(Ediciones Espacio Santafesino).
* Con la dirección de
Gustavo Forero Quintero, académico de la Universidad de Antioquia y
creador-director del festival Medellín Negro, la Editorial Planeta de Colombia
está publicando una serie de libros bajo un título común: "Laboratorio de
Medellín". Allí se recogen, cada año, ponencias y artículos de
especialistas y aficionados al género negro que han pasado por dicho festival.
Acuso recibo de dos de estos libros: "Novela negra y otros crímenes"
(2013) y "Víctimas, novela y realidad del crimen" (2014), útiles para
quienes nos dedicamos al género.
* "Pelota Jára"
significa, en Guaraní, "el dueño de la pelota". Y ése es el título
que eligió un notable colectivo de autores paraguayos dirigidos por Sebastián
Ocampos (editor de la muy recomendable revista digital revistay.com)
para la edición de esta antología de cuentos futboleros, prologados por un
experto conocedor de la literatura del Paraguay, el académico de la Universidad
de Valencia, España, José Vicente Peiró Barco. Y cuyo plato fuerte es el cuento
que cierra el volumen: "El crack", de Augusto Roa Bastos.
* "Hacer sufrir"
es el título de un notable ensayo del penalista Alejandro Alagia, que aunque no
es literatura en sentido ficcional, sí es un libro sorprendente. Especie de
tratado sobre la violencia y la crueldad, es un texto denso y por momentos
chocante, pero imprescindible si se quieren comprender ciertas conductas
argentinas. Amargo y duro, pero necesario y para leer de a poco. (Ediar).
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