Lecturario # 23
* Disculpen si vengo
retrasado, pero eso de escribir artículos en dos diarios todas las semanas es
por demás exigente. Y si encima uno —que vengo a ser yo— quiere seguir
escribiendo ficciones, y además de ademases como dicen en México uno viaja
mucho... Bueno, es así que este Lecturario es de hace más de un mes. Ya me
pondré al día...
* Por cierto, ahora quiero
comentarles que devoré "El malentendido", de la para mí ya entrañable
Irene Némirovsky. Ya he comentado aquí otros libros de ella, que es una
escritora que a mí me gusta mucho. Cada uno de sus títulos tiene mucho encanto,
pero éste, escrito en 1926, es muy particular. La autora tenía sólo 23 años
cuando publicó esta novela en una revista francesa, y nada hacía prever su
tragedia posterior.
Como novela juvenil, "El malentendido" es
magnífica. Llena de intuición e incluso sabiduría, esa combinación es el
secreto de esta historia en la que una joven de la rica burguesía francesa de
la primera posguerra, casada y madre de una niña adorable, se enamora de un
joven que está un par de peldaños más abajo en la escala social. Ella burguesa
y dueña de su tiempo, él empleado y esclavo de su salario, el resultado es un
drama que por momentos parece una remanida novelita rosa, pero que nunca derrapa
y en cambio alcanza vuelos notables en la comprensión y exposición de ese
eternamente indescifrable enigma que se conoce como "el alma
femenina".
En este desencuentro amoroso, por cierto, no son los
hechos lo relevante, ni es la narración de las circunstancias lo que sorprende,
sino la agudeza de la autora para tratar la complejidad de sentimientos de dos
seres desiguales. Se trata, en fin, de un texto breve y sutil que si por mí
fuera debieran leer millones de mujeres de este y de todos los tiempos. Que es
lo que hace grande a la pequeña y desdichada Irene. (Salamandra-Edhasa).
• Justo antes de viajar a
París al Salón del Libro, leí con alguna desconfianza "Una felicidad
repulsiva", el nuevo libro de cuentos de Guillermo Martínez. Él es mi
amigo y acaso la más fuerte apuesta que se puede hacer en la literatura
argentina de la transición del Siglo XX al XXI. Admiro y conozco toda su
novelística, que es original, sugerente y de prosa impecable. Y admito que
quizás por eso no tenía demasiada confianza en éste, su retorno al género
cuento. O quizás porque conocí a Guillermo hace muchos años, con algunos de sus
primeros cuentos. Como "Infierno grande", que publiqué en la revista Puro Cuento. Donde publiqué también
"Baile en el Marconi", un texto notable.
De manera que leí este libro con algunas reservas. Y qué
bueno, porque por eso mismo la sorpresa fue tan agradable, ya que se trata de
un libro estupendo. Lo leí en perfecto desorden (desechando el índice) e hice
el licuado de textos que suelo preferir, guiado por el puro azar. Y me encantó,
en el más amplio sentido del vocablo encantamiento. El relato que da título al
libro y "Un gato muerto", por ejemplo, marcan un cierto compás. El
tenis, el sexo, las relaciones tensas y las resoluciones inesperadas son ya
como marcas de fábrica en Guillermo. Cada uno de los diez cuentos es un buen
logro, y su casi novela, o novela breve "Una madre protectora" cierra
el libro como desplazándose de un hallazgo a otro. Ya lo creo que corresponde
celebrar la madurez narrativa de este autor. (Planeta).
• Acabo de terminar
"Los dos espejos", notable última novela del sólido narrador mexicano
Antonio Sarabia. Aparente continuación de "Los convidados del
volcán", que publicó hace varios años, en ésta la trama combina elementos
del género policial con una fuerte, indesmentible influencia rulfiana a la que
se suman dos factores decisivos: el humor, que en Sarabia es fino y sutil; y
una prosa impecable, para mí de las más cuidadas y elegantes de la literatura
mexicana contemporánea.
La trama de la novela es un tanto excesivamente compleja,
lo que hace algo ardua la lectura, pero hay allí una galería de personajes
encantadores y misteriosos, como Blanca Rentería, que luego deviene Sor
Constancia de la Fe, o el mismo Gerardo, cuya vida constituye la trama central
de la novela, e incluso cuando muere su fantasma deviene igualmente
protagónico. Un libro muy recomendable, para lectores avezados y para gozar
despacito, como todos los de Sarabia. Y un libro, además, que en mi opinión
debiera circular cuanto antes en la Argentina, donde todavía la literatura
mexicana es leída con rótulos de hace algunas décadas. (Planeta).
* Dejo para el final un
comentario extraliterario pero necesariamente libresco: he leído "Huellas
1" y "Huellas 2", dos libros sobrecogedores que incluyen los
testimonios de cientos de víctimas (asesinados y desaparecidos) de la tragedia
padecida durante el terrorismo de Estado en las décadas de 1970 y 1980. La
edición, a cargo de la Universidad Nacional de La Plata, recoge testimonios y
evocaciones de familiares y amigos de aquellos militantes en su mayoría jóvenes
y universitarios que fueron arrasados por el autoritarismo, la intolerancia y
la bestialidad que imperaron en aquellos años. La lectura de estos dos libros
resulta absolutamente conmovedora, tanto que muchas personas rechazarían sumergirse
en estos textos por la indesmentible razón de que el dolor y la memoria, a
veces, pueden resultar insoportables. Y es que no es un libro bello, pero es un
libro necesario. Eso mismo que sucede con la memoria.
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